El ocasional
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Si hay una oportunidad: la tomas. Digamos que lo haces de forma voluntaria, cuando hay algo que despierte tus bajas pasiones y te haga decir: apachurro, de aquí soy. No es que sea algo de todos los días, sino una simple canita al aire de vez en cuando.
El descarado
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A ti te importa una reverenda fregada si tu pareja se entera. Si no llegas a dormir, tu mejor pretexto será: es que no me dio sueño en toda la noche. Una de dos: o estás harto de tu pareja o ella/él depende de la feria que le pasas (dicen que con dinero baila el perro...).
El asignatura pendiente
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Si te llegas a topar con esa persona que te traía muerto/a durante la prepa: caes en la tentación. No es que vayas por la vida buscando un amor prohibido para que murmuren por las calles. No. Si a ti se te cruza un bello ejemplar que alguna vez te prendió, no dejas ir la oportunidad.
La víctima
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Te sientes culpable, los nudos en la garganta no te dejan dormir y cuando ves dormir a tu pareja la despiertas para decirle toda la verdad: te fui infiel... pero todo tiene su explicación en mis recuerdos de la primaria, ya que cuando yo era chiquito, una personita rompió mi corazón y bla bla bla. Te las haces de sufrido, punto.