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El mundo necesita hombres malos... y buenas series.

True Detective, la reseña

Conoce a este par de detectives Foto: facebook.com/TrueDetective Conoce a este par de detectives
15 de julio de 2014
Por  Isabel Silva   Iván Pasillas (@iv_moony)

“El mundo necesita hombres malos”... y buenas series, agregaría yo, y eso es precisamente lo que obtuvimos con ocho increíbles capítulos de la primera temporada de ‘True Detective’, un drama policiaco que nos recuerda que no todo en la historia es tratar de encontrar al asesino, sino también de entender la batalla entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el ying y el yang que culmina en la existencia de asesinos y héroes. Y que esa misma batalla se puede estar librando dentro de ti mismo, precisamente mientras lees estas líneas, querido lector.

‘True Detective’ no trata de amistad. Vaya, ni siquiera de compañerismo. Que los protagonistas sean dos policías involucrados en un mismo caso no hace de su relación un Starsky and Hutch; de hecho, durante gran parte de la serie, es tan poca su compenetración y tan marcadas sus diferencias, que no logran hacer de su colaboración una complicidad por más que lo intentan. Pero ahí se encuentra lo grandioso de esta serie.

Los opuestos se atraen

Estamos acostumbrados a que siempre que hay una pareja “dispareja” en la televisión es porque realmente los opuestos se atraen y que detrás del rechazo se oculta un enamoramiento de clóset (dígase Castle) o una perfecta relación funcional codependiente (llamémosle Supernatural). HBO nos lanza una bola curva y nos demuestra que dos personajes en serio pueden odiarse (al grado en el que Martin Hart al final del sexto capítulo nos hace creer que está dispuesto a matar a Cohle) y aún así atraparnos dentro de su historia.

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‘True Detective’ está contada en varias décadas. Martin Hart y Rust Cohle se ven lanzados a la mitad de un misterio que involucra ritos satánicos, pedofilia, asesinatos, desapariciones y lo más oscuro de Louisiana. Un misterio que los va consumiendo y va dejando salir a la superficie los demonios que cada uno de los detectives guardan en un intento por promoverse como personas estables. ¿Que quién es estable, en serio?

Los personajes

Cohle, un eterno pesimista que después de perder a una hija se ha enclaustrado en su propia filosofía fatalista para visualizar al mundo básicamente como una pérdida de tiempo; inicia como un personaje introvertido, retraído ante el mundo pero sumamente inteligente, y termina pateado por sus propias decisiones hasta transformarse en un alcohólico semi funcional con un severo problema de actitud ante la autoridad. Y por años por venir permanecerá como uno de los mejores personajes jamás escritos para la televisión y uno cuyo intérprete (Matthew McConaughey) merece un franco monumento a lo que un actor puede hacer con una cola de caballo, un bigote, varias cajetillas de cigarros y un acento.

Martin Hart por su parte, durante los primeros capítulos de ‘True Detective’ nos hace creer que es el “sano” de la pareja, pero poco a poco lo vamos reconociendo como una persona necesitada de llenar vacíos, solo a pesar de estar rodeado de su familia, iracundo, acomplejado y con una severa necesidad de reconocimiento. Un personaje que prefiere resolver conflictos con un golpe o cargando una pistola antes que preguntarse si él está haciendo algo mal. Y en sus zapatos Woody Harrelson se luce de manera espectacular (especialmente en esa última escena en la cama de hospital).

La estructura

Los primeros capítulos están contados a manera de flashback, relatados por los mismos detectives protagonistas a un par de nuevos detectives y los últimos corren “en tiempo real”. La genialidad de los tres actos en los que está contada la historia es que cada uno tiene sus propias sorpresas. El primero nos involucra en la historia y nos hace creer que comprendemos a los personajes; el segundo nos pone en claro que no sabemos nada de los narradores, están jugando bajo sus propias reglas y no todo lo que nos cuentan es cierto; y el último cierra en una batalla decadente entre policías y psicópata dentro de un laberinto que funciona como metáfora al laberinto que hemos recorrido por ocho capítulos.

La historia a momentos se puede volver demasiado complicada y el involucramiento de un exceso de personajes secundarios llega a alentar una trama que de por sí no se mueve a gran velocidad. Pero son detalles que estamos dispuestos a pasar por alto. Al final del día, ‘True Detective’ termina por ser una historia de personajes, no de misterios,  y en ese sentido es redonda.

  • Foto: Facebook True Detective
  • Pero no esperen que todos los misterios sean resueltos. De hecho, para el final, se deja muy en claro que Rust y Martin no han acabado con todo el clan que esperaban enterrar. Pero como Hart explica en el capítulo final: “Al menos atrapamos al nuestro”. Y más allá de los asesinos pedófilos que quedan en libertad, lo importante es que para cuando los créditos finales empiezan a rodar, Cohle, el ser que por toda una temporada nos mantuvo en absoluta melancolía catastrófica empieza a ver una luz al final del camino. Tal vez el mundo no necesita de hombres malos después de todo…

    Calificación: 9.5

    Mejor escena: Todas en las que Rust Cohle juega con las cabezas de los detectives Gilbough y Papania mientras fuma cigarros como chimenea y bebe cerveza como vikingo.

    Mejor personaje secundario: Maggie Hart se gana nuestra aprobación como la esposa de Martin. Nos provoca empatía cuando descubre que le han estado haciendo infiel, nos incita a entender su papel de madre compresiva (pese a que su hija no se merece su comprensión) e incluso nos lleva a querer aplaudirle cuando se acuesta con Cohle por venganza.

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    Momento más perturbante: Los hay muchos, desde el hallazgo del cadáver de una prostituta con cuernos de ciervo en el pantano hasta la grotesca escena de sexo entre Errol Childress y su mujer; pero definitivamente la escena que provoca malestar visual es el momento en el que se descubren a las víctimas atrapadas en la casa de Reggie Ledoux. Una viva y una apenas, mientras el asesino corre en calzones utilizando una máscara de gas. No sólo es repulsiva y provocativa, pero además marca el momento en el que Rust y Martin se convierten en cómplices de la misma mentira.

    (La primera temporada de esta serie ya está disponible en las principales tiendas del país)

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