Mientras todo mundo está hablando de los resultados del partido Angola-Tumbuctú, tanto en la oficina como en la escuela, en el metro y en Twitter, hasta cuando uno va a comprar las tortillas, los demás nos quedamos con cara de juat cuando nos preguntan nuestra opinión.

Además, ¿por quéla gente se emociona cuando juegan otros países? ¿No es absurdo? ¿A quién se supone que apoyes? ¿A los más guapos?

Concluimos que el fucho es nomás un pretexto para no trabajar ni estudiar, y para perder el tiempo arranados frente a la tele.