Ésta no falla, sobre todo si tienes jefe masculino (porque si tu jefa es mujer te va a querer dar las soluciones que a “ella sí le sirven”). Tan sólo llama y con la voz temblorosa di: “tengo cólicos menstruales”. Estas dos palabras son tan poderosas y tan incomprensibles para el género masculino, por no decir embarazosas, que se quedarán callados y te dirán: está bien, mejórate pronto.