La educación comienza en casa, así que si no nos enfocamos en crecer a nuestros hijos como personas que defiendan la igualdad de derechos entre todos los géneros, estamos fregados.

Estas cinco lecciones que hemos juntado, son fáciles de aplicar y que tu hijx no sea machista. chamacos no sea machista, al contrario, y contribuya a un mundo mucho más justo.

1. Jamás les dirás: “Esos juegos son de niñxs”

¿En dónde diablos dice que jugar con muñecas o a la casita es un juego exclusivo de niñas o que jugar con carritos es de niños? Esto es terriblemente discriminatorio. Es como insertarles el chip que dice: las cosas de la casa son exclusivas de las mujeres y las mecánicas, de hombres. Por el contrario, alentarlos a que jueguen a la casita, en donde ellos son los “papás” que colaboran en las tareas domésticas, les permite normalizarlo. Que las niñas jueguen con carritos o con herramientas también les envía el mensaje que dice: todos podemos desempeñar cualquier tarea, sin importar el género.

2. Aliéntalos a que demuestren sus sentimientos

Los sentimientos no tienen género. Sentir miedo o una profunda tristeza es algo normal en la especie humana, no es algo que se resumen en el siguiente comentario sexista: “de niñitas”. Intentar frenar esto en los varones les indica que ellos no “deben” ser vulnerables y que no pueden pedir ayuda. Esto genera que el enojo y la frustración se acumulen con consecuencias devastadoras. Por favor, ¡déjalos que se expresen! Si aprenden a ignorar sus sentimientos, pueden considerar que quienes lo hacen son débiles y cobardes. Se mostrarán agresivos ante ellos y minimizarán su sentir. El epítome del machismo.

3. Edúcalos para que sean independientes

Ver a un hombre o a una mujer, en edad adulta, que dependen de sus papás es muy triste. Y no hablamos de la cuestión económica, que en estos tiempos está canija. Hablamos de tareas cotidianas. En casa todos pueden recoger sus platos y lavarlos; tender sus camas; hacer la limpieza. Que no piensen que siempre habrá alguien que los atenderá o que llenará el refri de comida para ellos. Aún es común ver a hombres que creen que se casan con mujeres que los servirán por los siglos de los siglos. No, señor. Deben aprender que un hogar es un equipo.

4. Enséñale la importancia de un “no”

Hemos escuchado comentarios como: “¿te dijo que no? No importa, tú insístele, aunque no quiera. Verás que al final te va a decir que sí”. Debemos enseñarles la importancia de respetar los deseos de los demás. Ser demasiado insistente o insinuar que un “no” significa “sí”-otro motivo más para odiar a Arjona- genera impotencia en quien se niega a lo propuesto. Un no es un NO.

5. No les motives a jugar con un género

Que juegue con las amigas de su hermanita y viceversa. Que no crezca con la mentalidad de discriminar o segregar por género. “El grupo de las niñas” o “el grupo de los niños”. Es importante inculcarles que pueden convivir con todos y que pueden participar en todos los juegos. En un futuro esto se traducirá en ambientes mucho más incluyentes, lejos de lo que se vive en muchas oficinas o en hogares, donde las mujeres se “deben quedar en la cocina para platicar con otras mujeres”.

¿Tienes hijos o planeas tenerlos? Lo mejor es educarlos para que sean incluyentes y parejos con todos. ¿No crees?