“El peltre es un material que me recuerda mucho a mi abuela”, me comenta el chef Daniel Ovadía mientras espero a que llegue mi orden en Peltre, lugar que abrió en sociedad con los dueños de la taquería El Califa y para el cual diseñó la carta.

El objetivo de este restaurante es rescatar el ambiente de una lonchería tradicional con piezas típicas de una panadería mexicana, como las conchas, las orejas o los chocolatines, y un menú en el que lo principal son las tortas y los sándwiches.

El elemento protagonista de la decoración es, obviamente, el peltre, que usan en las lámparas, la barra y hasta en una pared. El suelo es de mosaicos azules y blancos y las mesas están hechas con madera de Oaxaca.

Para honrar las costumbres de antaño, la fruta y la verdura están a la vista en estantes parecidos a los de las tiendas de abarrotes. Sin embargo, el ambiente tiene un aire de modernidad. Por ejemplo, tienen servicio automatizado en el que el cliente pide lo que va a comer mediante una pantalla touch y luego sólo espera alrededor de 20 minutos para que alguno de los meseros lo lleve a su mesa.

Elegí la torta de lechón, la telera que utilizan es cocinada al vapor y su textura es suave. La carne de puerco es traída de Yucatán y su preparación es larga; se cocina por 12 horas y después lo meten al horno para dorar un poco la piel. El resultado es una carne tiernita, con algunos trozos crocantes que combinan perfecto con aguacate, cebolla morada, una untada de frijoles refritos y salsa de tomatillo con chipotle.

No podemos dejar de mencionar los jugos que ofrecen: hay al menos 10 diferentes sabores que preparan de acuerdo con la temporalidad de las frutas. Anímate a probar el de coco, que es ligeramente cremosito y tiene restos de la pulpa.