Por: Mariana Roca

Éste es el único lugar en México que te va a hacer sentir como en Ascot, pero sin la necesidad de llevar ridículos sombreros, aunque las reglas de etiqueta sean un tanto snobs.

A primera vista parece un club de rotarios exclusivo para viejitos, con su decoración de madera oscura, asientos de piel y sillas con tela del tipo escocés. Pero, a pesar de lo tradicionalista que puede parecer, el ambiente es muy heterogéneo; los jóvenes conviven igual con los viejos y los no tan viejos como si fueran una gran familia.

Aunque tienen sugerencias contemporáneas en el menú, los conservadores paladares no perdonan el tradicional Caldo loco –o caldo de pollo– desgrasado que trae el mesero en un plato sopero de pewter y una guarnición aparte de suaves cubitos de pollo, jardincito (cilantro y chiles muy finamente picados) cebolla, arroz (solo o en la sopa está en su punto); y si quieres hacerlo tlalpeño, la guarnición incluye una salsa de chile chipotle. Es muy bueno para la dieta, ya que los ingredientes están perfectamente limpios de grasa, aunque no por esto dejan de tener sabor. El consomé está concentrado y tiene mucho sabor a pollo.

Como segundo plato, hay que probar las albóndigas rellenas de huevo duro en salsa de chipotle. Hechas con 100% de filete de res, sin arroz ni nada que se le parezca para pegar su textura, son suaves; en cada bocado puedes sentir cómo la carne y la salsa se deshacen en la boca. Al momento del postre permítete pecar con el Biscocho de chocolate.

El Jockey Club es un muy buen lugar para pasar el día, gozando de una preciosa vista al circuito del hipódromo, al cual sólo tienen acceso los socios del Club.

*Si te interesa la membresía visita el Hipódromo en horario de oficina para informes.