En Central de Brazil todo está dispuesto para que comas como si no hubiera un mañana. Su personal es muy servicial, se acercan a tu mesa para explicarte la dinámica del lugar. Puedes pasar cuantas veces quieras a la barra de “ensaladas”, en la que tienen platos típicos como la feijoada, con frijol negro, chorizo y picanha ahumados, costilla y patita de cerdo. Así como mariscos, pastas y comida japonesa (sushi, sashimi y niguiris).

Manejan una tarjeta con dos colores: verde para indicar que las espadas hagan parada en tu mesa, y rojo para darle una pequeña pausa a la comilona. Así comienza el desfile de los cortes jugosos que impregnan el ambiente con el olor que obtienen de las parrillas en donde se cocinan. En total tienen 30 tipos de espadas con proteínas varias: res, cerdo, cordero, pollo y hasta mariscos.

Puedes elegir el típico rib eye o la arrachera, si buscas algo diferente, pide la picanha de bu alo (más salada que la de bovino). Si tu amor es el mar, date la langosta marinada con mantequilla, ajo y sal de grano, la dejan envuelta un día en papel aluminio y al siguiente día la asan al grill.

Obviamente, no faltan las caipirinhas que aquí tienen de 14 sabores, desde limón, fresa, kiwi, maracuyá y uva hasta la mixta, que lleva todas las frutas. Además, juegan un poco con la receta original, pues no sólo la preparan con cachaza, también con vodka (la llaman caipirozka) y con ron caipirísima.