Tiene un lookinconfundiblemente hispter. La encargada le enseña varios sombreros, pero él no se decide: ¿Negro? ¿Café tabaco? El chico elige un sombrero más bien pequeño: un Fedora de ala corta negro.“Es el que más se lleva la gente joven y de hecho siempre ha sido el más popular; aunque los mayores prefieren el Fedora de ala ancha, es más elegante”, explica Graciela García López, actual encargada de Sombreros Tardán.

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Tardán

Fundada en 1867, es la tercera tienda más antigua del Centro Histórico, solamente superada por Mercería del Refugio (1826, Venustiano Carranza num. 109) y Librería de Murguía (1846, 16 de Septiembre num. 54). “Vendemos de todo tipo: sombreros ligeros como los Panamá y boinas españolas, que nosotros llamamos ‘cachuchas’ o sombreros muy baratos de yute, que cuestan 415 pesos o tan finos como una texana de pelo de castor y de liebre, que cuesta 5,150 pesos”.

Tardán todavía se encuentra en Plaza de la Constitución num. 7, en los portales que están justo frente a Palacio Nacional. “De Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardán”, se escuchó por décadas en la radio, que fue el medio de comunicación masiva por excelencia en la primera mitad del siglo XX. Nadie recuerda quién inventó este eslogan, uno de los primeros de la publicidad mexicana. “Quizá fue Pedro de Lille, el popular locutor y compositor quien lo grabó originalmente para la XEW en los años 30”, aventura Luc Tardán Perrin, director general de Marcas Notorias de México S. A. de C. V., razón social que hoy fabrica y vende los famosos sombreros chilangos.

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De Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardán (Roberto Marmolejo)

Por el número de personas que entran y salen de la boutique, que miran los aparadores o llegan a comprar, pareciera que el uso del sombrero ha renacido, pero hubo un tiempo en que ese accesorio pasó al olvido y la familia Tardán y su negocio, entraron en crisis: “Tuvo su esplendor en el Porfiriato, una época en la que usar sombrero no era una opción sino un accesorio obligatorio para salir a la calle y momentos de difíciles, como los años 70, cuando se dividió el negocio y Pedro Tardán, mi padre, se hizo cargo de la parte comercial y sus primos Felipe y Luis, de la parte industrial”, explica Luc.

Corría el año de 1880. El bullicio del mediodía en el Portal de Mercaderes, no molestaba a Monsieur Dallet. El cazador era uno de los primeros y más populares cafés de la ciudad y quedaba a media cuadra de su tienda. Ahora que era un próspero empresario, recordaba su llegada a México sin un centavo. Con esfuerzo había logrado hacerse de una tienda de sombreros y ahora podía sentarse sin preocupaciones a tomar café. “¿Qué desea el señor?”, le preguntó con acento extranjero un muchacho rubio de ojos azules, que no había notado antes en el lugar. François Dallet reconoció ese tonito al hablar: “¿Eres francés, verdad?” “Oui”, le contestó el joven. “Llegué hace unos meses, me llamo Charles Tardan”.

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Tardán

El joven le inspiró confianza y lo invitó a trabajar con él; luego Victor mandó traer a sus hermanos de Francia. Para 1899, Monsieur Dallet, sin descendientes y cansado, decide vender la tienda a los industriosos Tardán, que ahora hablan muy bien el “mexicano” y se hacen llamar por sus nombres castellanizados: Carlos, Augusto y Víctor.

En el 2008, Luc Tardán –su descendiente- decidió emprender la remodelación de la antigua sede del Zócalo: mudó las oficinas, eliminó las antiguas vitrinas, cambió la iluminación y amplió el área para el cliente, lo que incluyó una cafetería y una sala de descanso: “Esta tienda es histórica, es nuestra matriz; merecía esta renovación, tal cual el Centro Histórico se renovaba para celebrar el Bicentenario de la Independencia”.

Para el 2010, estrenaba una nueva cara de boutique showroom. A mucha gente no le gustó este cambio, esperaban que la tienda conservara su aire de antigüedad para siempre, “pero no íbamos a sobrevivir sin un cambio total”, afirma el empresario y defiende sus transformaciones: “Ahora es más cómoda y el trato sigue siendo el mismo: atendemos todas las necesidades del cliente con mucho cuidado; eso incluye el servicio de lavado, reparado o cambio de horma de sus sombreros. Tardán en esencia sigue siendo la misma tienda desde hace 166 años”.

Tardán

Plaza de la Constitución 7

Frente a Palacio Nacional

Lun-Sab 10-19 hrs.

Tel. 5512 3902 / 5512 9162