Seguro ya te ha pasado: estás en una fiesta, te pusiste tus mejores garras y traes la mejor actitud. De repente, a alguien se le ocurre gritar ¡foto, foto!, ya estás ebrio y no te importa con quién saldrás en la foto, es más, te portas de lo más amigable y abrazas a todos los que tienes al lado. Al siguiente día te metes a Facebook y ¡saz!, una etiqueta con los más molestos de la fiesta. Checa a quienes debes evitar:

El sudado:

La típica foto de boda en la que querías salir bien y se agregó un tipo sudado, porque se aventó todos los pasitos duranguenses y pedía más, con sombrero de vaquero. Lo más molesto es que sale pegándote el cachete y ni cuenta te diste hasta que checaste al siguiente día. Hasta dan ganas de salr corriendo a bañarse otra vez.

La boquitas:

Estás buscando una foto decente con tus amigas para “el recuerdo” y se agrega la amiga de tu amiga, ni modo que le digas que no; se pone al lado tuyo y no te das cuenta de que su pose favorita es poner boca de pescado “como mandando un beso”. Revisas las fotos y ¡una desconocida te está besando (o en el intento)!

El ojito de lado:

Este compadre se encuentra en un estado de ebriedad indescriptible: sus movimientos ya son pura inercia, se deja llevar por lo que escucha, así que si dicen ¡foto!, él, como zombie se coloca, pero no observa la cámara. Cuando te etiquetan te quieres morir, sales con un casi teporocho zombie.

El que señala:

Obviamente nos referimos a los famosísimos “mirreyes”, esos tipos que creen que salir señalando la cámara con un dedo “les da onda” o una apariencia como de jefe. Lo más vergonzoso de salir en una foto con ellos es que podrías terminar en el Mirreybook. Evita osos de esta magnitud y huye.

El fuera camisa:

Nos preguntamos, ¿qué los impulsa a quitarse la camisa?, ¿qué sienten?, ¿por qué lo hacen?, no lo sabemos, pero hay un punto de la noche donde ciertos personajes terminan con la camisa desabrochada o ya de plano perdida. Y aunque tu estés muy correcta y tapadita terminas en una imagen con un guarro, con cara de gozo y el pezón de fuera. Guácala.

La lengua blanca:

Lean esto para que cuando enfiesten no se les olvide: al beber, la lengua empieza a adquirir tonalidades blancas, y amarillas en el peor de los casos. Por eso no deben salir sacando la lengua en las fotos, se ve de lo más desagradable y no está padre ser el que sale de esa lengua que parece un ente con vida propia que hasta los de Kiss envidiarían. Mejor cierren la boca y no quieran parecer rockstars.

El “no puedo dejar de fumar y chupar ni un segundo”:

Que afán de salir con el vaso rojo y el cigarro en la boca. Podrían dejarlo dos segundos en la mesa y no arruinar la foto con el humo y el vaso de plástico enfrente de un lindo look. Estos tipos si recargan su autoestima en el vicio: sin él ya no son nadie.

La pelos chinos:

¿Ubican a Amanda Miguel?, bueno pues esta molesta es así: pelo gigante sin arreglar y look desfachatado. Cuando posa en tu foto sale cubriendo a los demás con la melena; es más, podría salir alguien comiéndose su pelo. ¡Préstenle una liga!

El graciosito:

Así pasen mil años seguirá existiendo el tipo que cree que es muy divertido poniendo cuernos o haciendo caras de tonto detrás de ti. Desgraciadamente esto no fue sólo en la primaria. No importa la edad que tengas- así sean 50 años-, siempre habrá un amigo que parece comediante de Televisa.

La roba cámara:

Ni modo, hay que aceptarlo, hay quienes tienen complejo de modelos: si no la hicieron en las pasarelas la harán en tus fotos. No les importa si te tapan o posan exageradísimo, lo que ellas quieren es robar cámara. Será muy molesto ver tus fotos y darte cuenta que no sales porque alguien decidió acaparar todo el primer plano. Usa esa foto para reírte cuando estés triste.

El que se cree dj:

Alguien que en su vida ha tocado una torna se le ocurre tomarse una foto haciéndose pasar por dj. El que la pasa mal aquí es el dj real; tiene que abrazar a este molesto y prestarle sus audífonos para que actúe “como que toca”, pfff, ¡para matarlo!