Los chilangos tenemos ciertas características bien arraigadas al viajar; no importa a qué clase social pertenezcamos, todos caemos en estas particularidades. Digamos que somos muy auténticos; para nosotros viajar cobra otro significado desde el instante que ponemos un pie fuera de casa. No se trata de posar ni de fingir demencia, somos ñeros por naturaleza. Aquí las típicas características:

1- Viajar hasta con el perico

Nos gusta viajar con toda la tropa, si es posible llevamos hasta al perico de viaje, la abuelita y toda la parentela va incluida. Además no sabemos viajar ligero, nuestro equipaje es gigante, llevamos maletones llenos o vacíos para regresarlos lleno.

2- Robar todo lo que se pueda del avión

Un vuelo internacional es el lugar perfecto para desquitar toda la lana que costó el viaje. Aquí nos damos vuelo llevándonos las cobijitas, revistas y una que otra lata de refresco si es posible.

3- Si dan chupe, ya la hicimos

¿A quién le dan pan que llore?, si el vuelo se convierte en barra libre nos sentimos inmediatamente en pleno spring break y pedimos todo lo que se pueda, para pasar el susto de las turbulencias o por mera ociosidad. Nos encanta agregarle a todas nuestras historias de viaje un: “me paré un ped…”.

4- Preguntamos luego-luego por el antro

En cuanto aterrizamos a nuestro destino preguntamos por el antro de moda. Ya sea al camarero o al taxista, confiamos en su buen gusto. Anteponemos nuestras prioridades por enfiestar que las obligaciones culturales: “primero quiero ir a un antro italiano que conocer la Capilla Sixtina”.

5- Ropa incómoda para explorar el mundo

Si vamos a la playa nos alaciamos el pelo y nos maquillamos es que “nos gusta vernos coquetas hasta en la playa”. Si vamos a explorar la selva no nos vestimos como exploradores, nos ponemos las playeritas de marca que usamos para el antro. Nos gusta complicarnos la existencia con tal de vernos bien. Jamás creemos necesario nada: “¿bloqueador vieja?, no, pus ni que fuera gringo y güero”.

6- ¿Buffet?, pus pa´llevar

Tenemos la pésima costumbre de viajar queriendo escatimar lo máximo posible en comida. Así que cuando llevamos desayunos incluidos tipo buffet nos guardamos lo que nos sobre en las bolsas para echar el tentempié a medio día: “vieja, traite esas mantecadas y la mermeladita”.

7- Regateamos, por qué no…

Estamos acostumbrados a pelear por un precio justo, así que sin importar que no estemos el mercado de Balbuena comprando falluca, le decimos a la empleada de una boutique exclusiva “si ya es lo menos”.

8- Necesitamos un guía de turistas

La imagen del chilango viajando no es la de un explorador con gorro de Gilligan y un libro en la mano. No investigamos la ciudad a la que iremos, ni su historia, ni lo que debemos conocer. Preguntamos directamente por el turibus correspondiente o pagamos un tour que nos lleve cómodamente a los lugares principales: “tómame una foto aquí, quién sabe qué signifique este monumento vieja, pero está bien chido”.

9- Seguimos comprando souvenirs

Esto es muy lindo, a la fecha seguimos comprando recuerditos para toda la familia. No importa que todos acaben en el bote de basura, seguimos teniendo esa costumbre. Si somos Godínez llevamos souvenir hasta para el compañero que más odiemos, nos gusta quedar bien y presumir un poquito el viaje.