Podría parecer que la época para vacacionar es lo máximo y que no hay nada igual que tener tiempo libre. Pero aunque no lo crean la vacación también tiene sus desventajas. Tanta euforia y tanta emoción modifican el destino de tus planes. Echa ojo:

– Si te quedas en la ciudad todo está vacío o cerrado. Así que tus planes se resumen a cosas que no son lo que soñabas.

– Si quieres aprovechar el tiempo para arreglar pendientes como tenencias, licencia, pasaporte y visa no será posible. Todas las oficinas del gobierno están cerradas.

– Es de las únicas temporadas que tienes días libres, por lo que tus expectativas de hacer algo increíble podrían arruinar casi cualquier plan.

Todas las playas están hasta el gorro. Si se te ocurre ir a algún lado sentirás que Caleta Caletilla se queda corto. No podrás librarte de los sándwiches playeros y la gente nadando con ropa.

– Si se te ocurre comer carne, te quedarás con las ganas. Muchos restaurantes sólo tienen menú de cuaresma. Así que a comer pescadito.

– Seguro te echas unos kilitos encima. Tanto echar la flojera y comer tiene que tener consecuencias.

Los antros están vacíos. No hay planes divertidos. Aunque ahora tienes la oportunidad de enfiestar en grande y desvelarte…

– Si sales de la ciudad el regreso en carretera es una pesadilla. Si normalmente haces cuatro horas a Acapulco harás ocho horas. Parecen estacionamientos.

– Todo está más caro: aviones, camiones y hoteles. Aprovechan las ganas de todos por vacacionar.

Te entra la nostalgia de tu época de estudiante. Esa época cuando tenías dos semanas libres para hacer lo que quisieras. Ahora eres un Godínez que tiene dos pobres días libres.

Si tienes jefes malvados y malignos no te dan ni un día libre “porque no son oficiales”. Obvio estarás llorando en la oficina e imaginando lo mágico que sería ser nini.

– Quieres planes y ninguno de tus amigos está. Todos salieron a algún lado. Así que tus planes se tornan familiares.

Si no hiciste reservación en algún hotel difícilmente encontrarás habitaciones disponibles. Lleva tu casa de campaña por si las moscas.

Las carreteras se vuelven peligrosas por la cantidad de autos que circulan. No te arriesgues llevando cosas ilegales, por si se te iba a ocurrir (y no hablamos de drogas, hay quien piensa en llevar armas para defenderse de un posible agandalle, y la cosa sale peor).

Si tu familia es muy religiosa y tú no… tendrás que chutarte todo el proceso: “hijito, párate, ya nos vamos a misa de siete”.