Llevar a cabo este ritual ha sido causa de miles de rupturas, divorcios, peleas, embarazos no deseados, manifestaciones y hasta guerras civiles. Bueno no, no es para tanto, pero sí provoca muchos problemas.

Desde el momento en que decidimos comprar algo juntos, nuestras mentes empiezan a funcionar distinto: Ellos ya están pensando en el estacionamiento (dónde dejarán el carro, cuánto va a costar según el tiempo, gasolina, etc.); ellas en lo que comprarán (a cuántas tiendas van a entrar, qué van a comer, cuánto dinero te van a sacar, etc).

Todos hemos pasado por esto. Algunos conservamos cicatrices de esta experiencia. Por eso, hagan un análisis, tomen apuntesy prepárense para que su próxima vez no termine en un desastre total.

Para ellasir de compras es todo un ritual, una experiencia inigualable, relajante, terapéutica y una buena oportunidad para crear vínculos con su acompañante. Para ellos es una misión clara y sin complicaciones. Cuando los hombres deciden ir de compras, están decididos a entrar al lugar, escoger lo que van a llevar y huir rápidamente.

La mujer encuentra placer cuando va a comprar, lo hacen por gusto, no por necesidad. Compran aunque tengan el clóset atiborrado de ropa. Los hombres compran por mera urgencia,justo cuando sus tenis ya están rotos, o sus pantalones demasiado viejos y desgastados.

Mientras los hombres van caminando en la lela total, ellas escanean todos los aparadores. Es muy común que mientras tú vas pensando en el secreto tras la inmortalidad de Chabelo, te sorprendan con conversaciones como esta: “Mira amor, esos jeans están bien padres, ¿ya viste?”. Entonces tú regresas del trance en el que estabas y preguntas “¿Qué? ¿Dónde?” A lo que ella te responde: “Olvídalo, ya no me gustaron”.

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Sobre los zapatos…

– Hay que tener muy claro que ellas podrán tener miles de zapatos en casa (de todos colores, formas, marcas, etc) pero que, en el momento en que salgan de compras, estos objetos volverán a ser totalmente necesarios. Y es típico que se agarren del pretexto: “es que no tengo qué ponerme…”

– Ellas compran zapatos para cada ocasión: que para el trabajo, para antes del trabajo, para después del trabajo y durante el trabajo. Zapatos bajitos, altos, de tacón, abiertos, formales, informales, medio formales; casuales, para bodas, bautizos, quince años; para ir a la tienda, al súper… La lista es infinita.

Los hombres compran zapatos cuando los que traen puestos ya están demasiado rotos. Y sus compras están divididas en dos: tenis y zapatos. No hay más.

Sobre lo demás…

-Ellas son todas unas expertas en esto del shopping.Se mueven por los pasillos con la gracia de una bailarina de ballet.Saben perfectamente dónde está todo. Ellos no tienen idea de lo que están haciendo. Los hombres deambulando por las tiendas se ven más o menos así:

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Las mujeres se pueden tardar más de 20 minutos probándose el mismo pantalón. Se sienten en pasarela en el espejo: se lo ponen y empiezan a analizar cómo se les ve todo.

– Mientras tanto el hombre espera desesperado en el sillón afuera del probador con cara de “uta ma…”. Cuando sale la chava, sin importar lo que traiga puesto, le dice: “te ves preciosa, ya vámonos”. Pero esto no es suficiente para ella, tiene que modelarlo, y las otras 50 prendas que decidió probarse.¡CUIDADO! Intenta variar tus repuestas cuando te pregunte cómo se ve, de lo contrario, empezarán a discutir porque siente que no le pones atención (aunque es verdad) y todo el proceso podría tardar horas.

– Ellas compran ropa por colores, texturas, estaciones del año, días festivos, misas, bautizos. Tienen ropa formal, informal, semi formal, casual, para la oficina, el antro, el bar, la comida corrida y hasta para estar en la casa. Ellos compran ropa cómoda y lo mismo pueden llevar su playera de Homero Simpson a la oficina, como a una reunión familiar.

Los hombres compran gadgets tecnológicos como si fueran juguetes. Aunque no los ocupen, lo importante es tenerlos para pasar el rato y usarlos en situaciones de emergencia, como peleas con la mujer, momentos aburridos con los suegros y en ese bautizo al que no querían ir porque había partido.

– Mientras las mujeres pasean por las tiendas preocupándose por verse glamurosas y atractivas; los hombres vagan por ahí despidiéndo olores extraños.

La verdad es que mujeres y hombres somos muy diferentes en todo, pero más en esto de las compras. Así que nuestra recomendación sería: cuando salgan juntos a comprar sean pacientes y que mejor cada quien se vaya por su lado. De esta forma nadie se agobiará, ni peleará, ni nada.