En septiembre de 2013 comenzó un trabajo de limpieza a la estatua de El Caballito ubicada en la explanada del Museo Nacional de Arte. El proceso fue un fallido intento que tuvo que ser suspendido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia debido a que usaron químicos corrosivos.

El ácido nítrico provocó la pérdida del 50% de su capa escultórica, lo que se tradujo en una inversión de siete millones y medio de pesos para restaurar la imagen inspirada en el Rey Carlos IV de España (periodo 1788-1808).

La estatua ecuestre, creada por el arquitecto y escultor español Manuel Tolsá, tuvo que ser sometida a procesos que implicaron hacer estudios de toda su composición e investigación de su antigua.

La restauración que comenzó en noviembre de 2016 ha quedado al descubierto este miércoles 28 de junio, dejando ver el nuevo aspecto de la pieza, que conserva el color verduzo que el mismo Tolsá le imprimió desde un principio.