¿Cómo es?
Íntimo, diferente y ….romano. Este sin duda tiene la esencia
artística y poco pretenciosa de la zona. Es de esos rinconcitos que siempre
buscas en la ciudad, pero que se te dificulta encontrar. Aquí te relajas,
puedes conversar a gusto con una amigo(a) y probar platillos con combinaciones
arriesgadas como salmón con chile, jamón serrano y jugo de naranja.
Para comer:
Si eres de los que llega hambriento al bar, pero te da pena pedir un platillo
elaborado, pide las empanadas. Son llenadoras, deliciosas y del tipo argentino.
Prueba las de queso y las de carne, con esto seguro engañas a la borrachera y
vives la noche hasta el amanecer.
Para tomar:
Es ella, si, una bartender que se encarga de hacer una
mezclas que terminan por ser un manjar al paladar con piquete. Pide que te
preparen un maritini de guayaba o uno de tamarindo. Este último lo aderezan con
chilito piquín. Ah que se te hizo agua la boca.