Parece una miscelánea de pueblo, con repisas con latas de conservas. Pero del otro lado, tras una barra de madera, ves unas garrafas de cristal iluminadas con una luz rojiza, de cuyas bocas salen unas mangueras que forman el intrincado sistema de servicio para sus 40 variedades de mezcal. En la carta detallan las características de cada destilado.

Te sirven pepitas saladas para botanear, así que te la pasas sediento toda la noche, por lo que los resultados dependerán de tu aguante.

TIP: La carta de mezcales es complicada; mejor pídele ayuda a uno de los encargados. Conocen bien del tema, así que sabrán orientarte y te darán el trago que más se ajuste a tus gustos.