Para muchos, tener un auto en la CDMX sigue siendo un símbolo de éxito personal, comodidad y lujo; para otros, implica muchos gastos, depreciación, tráfico y contaminación.

Si estás considerando tener un auto en la CDMX, debes tomar en cuenta el impacto en tu cartera. Porque comprarlo no es el único gasto que harás; los trámites y el uso diario también implican una inversión, además del costo ambiental y el de movilidad, pues, hasta 2017, la Ciudad de México era la segunda más congestionada según el índice de tráfico TomTom.

En los últimos años, CDMX ha abierto la puerta a nuevas formas de moverse: están los sistemas de bici pública y algunos kilómetros de ciclovías, las líneas de Metro y Metrobús, la renovación de los clásicos microbuses y los taxis, además de las Empresas de Redes de Transporte como Uber, Yaxi y Cabify.

De acuerdo con especialistas, la gran dificultad es que ninguno de esos medios ha sido totalmente eficiente, ya sea por estar incompleto, por la saturación o la inseguridad; aún así, tener un auto ha dejado de ser la mejor opción para moverse en la ciudad.

«Si le preguntas a alguien si quiere tener un coche, seguramente te dirá que sí, pero si lo cuestionas sobre si a la Ciudad de México le hace falta que haya más carros en las calles, muy probablemente te diga que no», dice Bernardo Baranda, director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP).

Si eres de los que todavía no decide si tener un auto en la CDMX o no, acá va una guía sobre lo que implica.

Te puede interesar: Así quedó el calendario de Verificación Vehicular 2018   

Tener un auto en la CDMX: cuestión de pesos

De acuerdo con el portal Compara Gurú, especializado en finanzas personales, tener un auto en la CDMX puede costarte hasta 70 mil pesos al año entre trámites, servicio y gasolina, aunque un comparativo elaborado por El Financiero eleva la cifra hasta los 123 mil pesos.

Entre los gastos «de siempre» están la tan odiada verificación. Actualmente tiene un costo de $497 y debe cumplirse cada seis meses, así que multiplícalo por dos. Ojo: cada año el costo aumenta unos pesos.

La tenencia es ese impuesto que nadie entiende, pues se aplica por el hecho de «tener un auto en la CDMX» y el monto es diferente para cada vehículo. El costo depende del modelo del auto, el valor de factura, la antigüedad y un factor de depreciación calculado por la Secretaría de Finanzas.

La buena noticia es que es posible exentar ese cobro siempre y cuando tu auto tenga un valor de factura menor a 250 mil pesos; tampoco debes tener adeudos y durante los primeros meses del año tendrás que haber cumplido con el pago –$529–del refrendo por el uso de placas. Si tienes un auto híbrido o eléctrico tampoco lo pagas, pues es uno de los beneficios fiscales por tener un vehículo no contaminante.

Tener un auto en la CDMX

Foto: Cuartoscuro

Además, debes estar pendiente que tu tarjeta de circulación esté vigente o pagar la renovación de hasta $300; lo mismo con la licencia de conducir, que cuesta $796. Ambos son requisitos indispensables para poder conducir y tienen vigencia de tres años.

Otro cargo obligatorio, de acuerdo con el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, es tener un seguro de auto que responda por daños a terceros. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), de los 4.5 millones de autos que circulan en la CDMX, solo la mitad paga una póliza, cuyo costo es de entre $6,500 y $25,000 al año –dependiendo el modelo del auto–; por otro lado, no tenerlo y verte involucrado en un accidente te puede salir en cientos de miles de pesos.

A todos estos gastos súmale el pago de estacionamientos, pensiones, parquímetro y hasta la tarifa del viene-viene; el lavado y encerado que puedes ahorrar si lo haces por tu cuenta, además de los chequeos mecánicos básicos pues, aunque tú midas los niveles, hay que comprar aceite, anticongelante, líquido de frenos, de dirección hidráulica, de transmisión automática y lo que se acumule. Todo eso debes surtirlo dos o tres veces por año.

Te puede interesar: ¿A dónde va el dinero recaudado por parquímetros?     

Eso no es todo. A la manita de gato que tendrás que darle cada tanto a tu vehículo, debes sumarle que cada semestre requiere una revisión más profunda. Alineación, balanceo, limpieza de frenos, afinación e intervenciones mayores, como cambio de balatas, sustitución de llantas, afinación de la caja de velocidades, revisión del motor, refacciones y los detalles que pueden ir fallando a causa del uso. Modificaciones de este tipo pueden superar los $10,000 de un jalón.

«Además de dinero, todo esto te quita tiempo: en renovar documentos o darlos de alta puedes perder hasta un día en acudir a los módulos de la Secretaría de Movilidad y esperar a que te atiendan. Antes con la verificación pasaba lo mismo, hasta que implementaron el sistema de citas. Y si mandas el auto al taller, puedes estar hasta una semana sin vehículo», dice Rubén Lino, gestor vehicular.

La gasolina es otra historia. La liberación de los precios ha hecho que cada día el costo sea variable; por lo menos en la CDMX la premium roza los $20 por litro y la Magna llega hasta $19. Si tienes un auto de 40 litros podrías estar invirtiendo, por lo menos, $800 a la semana en combustible, dependiendo el uso que le des.

El dilema de los híbridos y eléctricos

Los vehículos híbridos y eléctricos enfrentan un dilema: reducen su impacto ambiental al no emitir contaminantes, pero siguen siendo autos en las calles que aumentan la congestión vehicular y afectan la movilidad.

Los coches eléctricos tienen sus ventajas: en las ciudades reducirían la contaminación ambiental y acústica, en el tráfico no consumen energía y a mediano plazo no usar combustibles se convierte en un ahorro económico que, de acuerdo con usuarios, compensa el valor del auto.

Tener un auto en la CDMX

Foto: Cuartoscuro

Sin embargo, dice el director para América Latina del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP), Bernardo Baranda, si bien es positivo que las tecnologías limpias lleguen a la Ciudad de México, «estas no van a resolver problemas de movilidad, porque la congestión por la cantidad de vehículos que hay en las calles va a seguir presente»

Finalmente, eléctricos o híbridos siguen siendo 4.5 millones de autos en la CDMX y los atascos en el tráfico tampoco son diferentes.

La congestión y los incidentes –dice– no se van a resolver con autos eléctricos, sino con transporte público eficiente y más veloz, evitando que en cada vehículo viaje solo un ocupante.

¿Lo compro o no?

Muchos conductores suelen decir que es más caro que tener un hijo y, si ya le echaste un ojo a todos los gastos que implica tener un auto en la CDMX, seguramente habrás entendido por qué.

Si sigues meditando entre comprarlo o no, hay otras cosas que debes tener en mente.

¿Tu situación económica actual te permite pagarlo? ¿Es tu primer auto o renovación? Si eres primerizo, seguramente cada agencia a la que vayas te va a dejar deslumbrado: pon atención a la forma en la que te proponen los financiamientos: debes contemplar el enganche, la comisión por apertura, el tiempo en el que lo vas a liquidar, el monto de las mensualidades y los «pagos fuertes» que debes hacer dentro del plazo.

Sin contar que necesitas elegir entre los seguros que te proponen, pues es la forma en la que la agencia cuidará el auto que estas pagando.

Te puede interesar: Estos son los cruces más peligrosos de la CDMX  

El portal de compra de autos Carmatch explica que al querer comprar también debes ser consciente de los gastos mensuales, más allá del pago del coche; por ejemplo, los servicios mecánicos en agencia y los trámites por tener un auto nuevo, aunados a los gastos comunes como la gasolina, el aparcamiento y hasta las multas.

Una opción de autos menos costosos son los seminuevos, en los que puedes encontrar vehículos en buen estado a precios más accesibles. Aunque debes saber que cualquier coche tiene un efecto de depreciación: 30% al salir de la agencia y un porcentaje igual por cada año que pasa.

«Pensar qué uso le darás al carro también puede convencerte de comprar o no, pues no es lo mismo usarlo para trabajar o para viajar. Internamente se pueden utilizar los sistemas de bicicletas públicas, para distancias más grandes están las empresas de redes de transporte –como Uber y Cabify– y en caso de salir hay opciones para rentar autos. La ciudad ha avanzado para que la mejor opción para moverse no necesariamente sea el auto», dice Bernardo Baranda.