Así se puso el previo al concierto de Guns

30 de noviembre de 2016

Cientos de clones de Axl Rose y de Slash llegaron al Palacio de los Deportes. La idea era disfrutar del concierto de la banda estadounidense Guns N' Roses en nuestro país como parte de su gira Not in this lifetime.

[Lee aquí la reseña del concierto]

El ambiente metalero y de hard rock era imposible de ocultarse y muchos lo expresaron ya sea portando un paliacate en la cabeza como Axl o un sombrero de copa como Slash.

Por ejemplo, vean a este par de amigos que se paseaban a las afueras, Francisco Torres y Saúl Alberto, quienes aseguraron que son la encarnación de Guns en México y que incluso tienen una banda de covers llamada Wild Night, que tocan igualito a los gringos.

“Me siento orgulloso de ser rockero, aún en México hay muchos prejuicios por traer el cabello así de largo, hasta nos dicen 'maricones'. Pero Guns and Roses es mi inspiración, es mi banda favorita, por eso adopté la voz de Axl y la forma de tocar de Slash, tenemos la mejor banda tributo”, según Saúl, quien radica en Toluca.

Para esta competencia de quién era el mejor clon de Slash (versión mexicana), se sumó Carlos Catdom de Mexicali, quien nos contó que tiene la mejor agrupación tributo: Se busca.

“Yo toco hard rock y quiero decirle a las nuevas generaciones -o sea, a la mía-, que conozcan la buena música, cómo es Guns y que es nuestra influencia, pero también quiero decir a los viejos que sepan que los nuevos estamos haciendo cosas y que nos gusta lo bueno”, comentó.

Mientras tanto, en las calles los mismos vendedores ofrecían los sombreros de copa al estilo Slash a 250 pesos, aunque sin incluir la peluca para quienes no tuvieran una larga cabellera rizada como el guitarrista.

Tal parece que esa promoción la aprovechó Rosendo Espinosa: “me siento bien vistiéndome así, aunque traje peluca. Soy al único de la familia que me gusta esta música, soy como la oveja negra. Las bandas de ahora ya son muy plásticas, prefiero lo de antes como Guns”.

Coincidieron las amigas Victoria Castillo y Lía Vela, quienes se prepararon justo para verse como el vocalista: teñidas de rubio y con paliacate en la cabeza. "A lo mejor ni regresan y se pelean; no nos los podemos perder. Queremos todo con Axl, no importa que esté gordito, está mejor que Slash, nos gustan más los güeritos”.

Así se sentía paso a paso la devoción entre vendedores ambulantes y puestos al estilo tianguis en las calles cercanas, donde generaciones se cruzaban por una misma pasión.

Con inquietud logramos percibir a un pequeño de 12 años, Ángel Benítez, quien fue llevado por su mamá y hermana: “me gusta cómo es de loco Axl en el escenario, me gusta cómo tocan sus instrumentos y su música. No me dejaría el cabello largo como él, pero un día quiero hacer un grupo así con mis amigos, aunque todavía nadie compra sus instrumentos”.

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