Ya se volvió una tradición esperar los Rubber Tracks de Converse. Con una curaduría exquisita, en esta ocasión el cartel constaba de unos legendarios músicos estadounidenses y una de esas bandas que poco a poco han ido construyendo una identidad en la escena mexicana.

La noche comenzó con los Hawaiian Gremlins. Las guitarras que nos remontan a lo mejor del jangle ochentero que con tanta maestría han sabido adaptar a su sonido, siempre son hipnotizantes. Algo tiene el rasgueo de las cuerdas que hace que les prestes atención. Y conforme más van tocando en cualquier escenario del circuito local, más van perfeccionando su técnica. De las primeras veces que me tocó verlos, al festival Ceremonia en donde se vieron bien complementados con la inclusión de Santiago Mijares de la Big Big Love en la batería, hasta esta presentación, se vislumbra una evolución que sabe muy, muy bien. Qué bueno por los muchachos porque le han chambeado duro y se merecen estar presentes en un escenario así.

A pesar de que los boletos se conseguían sólo ganándolos (a menos que quiseras algo de la putrefacta reventa), el Plaza presentaba un lleno interesante. ¿Qué tiene que ofrecer Dinosaur Jr. a las nuevas generaciones? ¿O es acaso que la nostalgia sólo arrastra a los fans que vivieron su evolución en carne propia?

Por lo que vi, es un poco de los dos. Es innegable el legado de la banda. Sin ellos es probable que toda la oleada grunge se hubiera quedado sin una crudeza necesaria para su identidad.

Y el trío sale al escenario. Ya veteranos, la canas que presenta J Mascis hacen ver que los años pasan y no en vano. Pero la magia, a veces, es imperecedera. Algo tienen los de Amherst. No es carisma, porque durante todo el concierto se dedican nada más a interpretar. No tienen desplantes de rockstars, no tienen una actitud que invite a la interacción. De hecho, durante su participación en el festival Corona Capital del año antepasado, me tocó verlos tras bambalinas y se fueron sin pena ni gloria. No quieren hablar mucho, porque lo que tienen que decir, lo dicen con sus guitarras.

Los clásicos de la banda llegaron también los coros. Alguno que otro que decía “no mames, cómo no conocen ninguna”, “chale, pinches güeyes, estos cabrones son lo mejor del pinche mundo” o “ya ni la muelan, pinches hipsters ni se saben ninguna”. Así son las cosas. Algunos iban por la pasión, otros por el trabajo, otros porque no hubo ningún otro plan. Pero no por eso no se disfrutó la noche. Al final, llevan 31 años juntos, el espectáculo y la buena interpretación estaban garantizados. Qué chido ver a Dinosaur Jr. en una noche así.

Después de un cover a “Just Like Heaven” de The Cure, Mascis dice “Gracias” y se aleja del escenario, no sabemos si nos volveremos a ver, pero ya tendremos una experiencia más para contar en los años venideros.

https://www.youtube.com/watch?v=OQZmrdwK7YM