Sólo funciona si tienes hijos, obvio. Rara la vez te lo admiten con un sobrino a quien quieres “como si fuera sangre de tu sangre”. El chiste es nomás decir que este pequeñín tiene un evento al que es imperativo que asistas, porque de lo contrario caería en una depresión que le haría creer que ya no lo quieres. Mientras más serio el evento, más te dejan.