Hay una delgada línea entre ser eco-friendly y otra entre ser eco-creepy. Aprobamos ir al súper con bolsas reciclables, tomar leche orgánica, ser vegetariano, plantar arbolitos y hacer compostas con las cacas de nuestros perros pero… ¿reciclar las toallas femeninas? No importa qué tan bonitos diseños tengan, dudamos que muchas mujeres quieran entrarle a la modita.