Este año fue el de las marchas y, quizás, el de los movimientos que se gestaron en la red. Durante los últimos meses –aparte de las marchas que vemos a diario en la ciudad–, pudimos observar cómo en las redes sociales cualquier persona puede atraer la atención hacia las cosas que les molestan o les parecen injustas.

La mera verdad eso está rebien ¿no?, basta dar un par de clics para crear empatía entre nuestros amigos/seguidores. Pero el truco para que el asunto sea exitoso está, como en todo, hacerlo bien y con un pequeño plan. Aquí te damos unos sencillos pasos para que esa queja o molestia se conviertan en un malestar general que, seguramente, compartes con alguien en las redes sociales.

Busca un conflicto. Suena obvio, pero no se puede empezar un movimiento en redes sociales sin ton ni son: hay que tener un conflicto/queja/molesta clara para poder mover algo. Concéntrate y busca algo concreto.

Busca un enemigo. Ahora hay que buscar al malo del cuento. Normalmente se trata de la persona o ente que causa tu molestia. En algunos casos este paso será difícil porque al personaje en cuestión sólo lo conocen en su casa, en cuyo caso en lugar de empatía obtendrás un insulso ¡meh! por parte de tus seguidores. Si te pasa eso no temas, necesitas buscar a un personaje visible, aunque no necesariamente sea el causante del problema.

Viraliza. Aquí viene la parte creativa y el éxito depende de qué tanto coco le pongas al asunto. Necesitas una de estas tres cosas (o todas): un #hashtag pegajoso e incendiario –prueba alguna frase coloquial y quítale las conjunciones y preposiciones – entre más corto, mejor; un meme chistoso –utiliza la imagen de un gatito con una frase irónica o sarcástica, eso siempre funciona–; y para rematar un video controvertido –algo donde alguien, preferentemente el enemigo en tu queja, haga algo indebido o cuestionable–.

Comparte. El truco está en no hacerlo tan obvio porque si no te van a tachar de clavado –como a cierto político mexicano–. Comparte tu contenido rijoso cuando tus contactos estén más activos en redes sociales (si eres Godínez, eso ocurre en las mañanas, si eres nini eso ocurre durante las noches) y no faltará quien le dé reply/like o de plano lo comparta tal cual lo pusiste.

Deslíndate. Recuerda que a nadie le gustan los protagonistas ni los caudillos. Lo bonito de las redes sociales es que todo es “democrático”, sin líderes visibles. Además, si el asunto no resulta como querías siempre podrás aplicar una de las máximas de Los Simpson: “así era cuando llegué”.

Movilízate. ¿Qué movimiento estaría completo sin una “manifestación pacífica”?, ¡ninguno! Crea una –que no entorpezca el libre tránsito, por favor–. Distribuye un flyer en las redes convocando un lugar y hora. Si alguien pregunta, sólo responde que tú lo viste en las redes.

Ahora sí, estás listo para convertirte en un revolucionario del teclado. Aunque no prometemos que alguien llegue a tu “manifestación pacífica”, tu movimiento creará toda una protesta de clics masivos que enriquecerá las horas-hombre perdidas en conocerla.