Supongamos que de plano estás bien roto, cosa que no nos sorprendería con esto de la crisis. De todos modos, no hay excusa para no darle una bonita sorpresa a tu señor padre.

Sorpréndelo lavando su coche, limpiando la cochera, acomodando su caja de herramientas, arreglando sus trajes por color y corte, boleando sus zapatos, ¡lo que él más necesite!

Precio: gratis