Las entrevistas de trabajo de por sí son estresantes. Que si (en el caso de los hombres) tienes que ir vestido de tacuche y corbata, o (si eres mujer) de pantalones formales y blusa (no muy escotada), o que si te sientas en la orilla pareces muy desesperado por tener el trabajo, que si cruzas los brazos tienes mala actitud… En fin, todos hemos escuchado de la larga lista de ‘qué hacer y qué no’.

Pero, más allá de todo eso, se entiende que sus preguntas van dirigidas a contratar al mejor candidato, ya que si bien es cierto que un asesino no anda por ahí buscando empleo, tampoco es para que abusen.

Estas son las 10 preguntas que más nos sacan urticaria.

1. ¿Cómo te ves en 5 años?

Y no es que uno no tenga planes, pero la verdad es que (y no podrán desmentirnos) no sabemos ni dónde festejaremos el Año Nuevo, así que cómo va uno a saber dónde estará en cinco años. Lo mejor es dar una visión generalizada de tus aspiraciones, y no ser tan específicos como ellos pretenden.

2. ¿Por qué quieres trabajar en nuestra empresa?

Si de forma voluntaria enviamos nuestro currículum a cierta empresa es porque nos interesa estar ahí, ¿no? Si algún comunicólogo envía su currículum a una empresa de arquitectos sin saber proyectar ni dibujar, pues está frito desde el principio. La siguiente respuesta obvia sería para ganar dinero, no es como que uno ande por la vida con ganas de godinear.

3. Cuéntame algo de ti

Esta respuesta puede llegar a ser tan extensa que si el sujeto en cuestión decide contarle desde la marca que dejó en su vida ver a su abuelita cocinando mientras él aún estaba en cuna hasta cuándo terminó con su exmás reciente, la cosa se puede alargar.

4. ¿Eres casado? ¿Planeas tener hijos pronto?

Esta pregunta puede resultar bastante incómoda, si se le realiza a una persona que recién pasó por un proceso de divorcio puede generarle un severo tic nervioso en el ojo. ¿Y qué nos dicen de los solterones? La cosa se pone mucho peor.

5. ¿Qué significa para ti un empleo?

Otra pregunta obvia. Pues lo que todas las personas que trabajan esperan obtener (al menos eso se piensa): una manera para pagar las deudas y crecer profesionalmente. A ver, reclutadores, ¿qué harían si se les contestara: ‘para ligar’?

6. ¿Cuál ha sido el error más grande que has cometido?

Ahí no aplica contar las anécdotas de cantina, pero tampoco parece ser una pregunta que aporte mucha información sobre cómo será el desempeño de la persona que va a ser contratada. Además, ¿quién iba a atreverse a confesarlo?, ¡por dios!

7. ¿Cuánto tiempo planeas quedarte con nosotros?

Ni te han contratado y ya te están preguntando cuánto tiempo colaborarás. Si tratan de saber la permanencia que tendrás en el trabajo, sólo tendrían que ofrecerte las oportunidades para crecer personal y profesionalmente y las condiciones para que no te conviertas en una persona infeliz. Punto.

8. ¿Cuál es tu mayor debilidad?

Aguas. Aquí no es para que uno se suelte contándole todas sus raras aficiones. El punto es que no seas negativo, sólo trata de exponer tus defectos de forma sincera y simple… Muuuy simple.

9. ¿Por qué has pasado algún tiempo sin trabajar?

No es porque uno se haya propuesto ser un nini, eh, sino porque en los empleos que has aplicado no hay vacantes, o porque el sueldo que te han ofrecido no sirve para pagar ni la gasolina que usas para ir a trabajar.

10. ¿Por qué a tu edad te has contentado con un salario tan bajo en tus otros empleos?

¿Acaso te ven feliz? ¡Renunciaste a tu otro trabajo! ¿Eso no dice algo? Los salarios son un tema delicado, lo mejor es ser muy claro con las expectativas que tienes y saber buscar el sueldo deseado. Si en algún momento llegan a hacerte la pregunta, no te pongas verde, respira y respóndeles con tu mejor sonrisa. Sí, encuéntrala.