¿En qué consiste?

Si tienes un novio grosero, que escucha reggaetón, no sabe nada de modales ni de caballerosidad, y usa pantalones bolsudos… impuesto. Si le pones plástico a la sala: impuesto. Si todavía usas Agua-net para el peinadazo de 10 centímetros de altura: impuesto. Si alguien se aparece en una fiesta con este disfraz: impuesto. Y así ad infinitum.

¿Quiénes salen perjudicados?

Prácticamente todos los mexicanos, porque todos tenemos mal gusto en una cosa mínimo: música, cine, ropa, pareja y sitios de esparcimiento. Ni modo.

¿Sería posible?

¡Claro! Para el gobierno sería de lo más conveniente, porque prácticamente TODOS los mexicanos terminaríamos pagando impuestos.