¿Quién lo hizo?

Hugh “encantador” Grant, rey de las comedias románticas, con delicioso acento inglés.

¿A quién engañó?

A su entonces novia, Elizabeth Hurley. Sí, hay quien todavía no cree que haya sido capaz.

¿Cómo lo descubrieron?

De la forma más vergonzosa posible. En 1995 lo arrestaron por conductas indebidas en plena vía pública, con una prosti horrenda llamada Divine Brown. A la cárcel fueron a parar, con todo y la descubierta de las manos en la masa (literal).

¿Lo perdonaríamos?

Liz Hurley no lo perdonó, pero el resto del mundo sí. Sobre todo porque tiempo después tuvo los pantaloncitos para admitir lo que había hecho, y en el ínter hizo un par de chistes encantadores que a todo mundo derritieron y distrajeron de su rotunda infidelidad. Hoy, ni quién se acuerde.