¿Qué es?
Sobrenombres, motes que generalmente los más gandallitas le ponen a los niños “fuertecitos” de su salón.

¿Por qué se agradece?
Son divertidos, provocan risas contínuas y fomentan la creatividad mexicana.

Posibles escenarios fallidos
Le provocaste un trauma infantil a “El Grasas”, 30 años después se convierte en tu jefe.
Ponías apodos en la primaria y de pronto te gustó mucho entrarle a los tacos. Ahora te ponen apodos a tí.
El bullying se ha convertido en un tema de diálogo serio en cuestión pedagógica. No es broma.