¿Qué se hizo?

Tampoco sabemos con exactitud que tanta cosa, lo seguro fue la nariz, mentón y pómulos.

¿Por qué no le quedó bien?

Quizá el suyo, sea el caso más extremo de adicción a las cirugías. Hubo un momento en el que si hubiera parado, hubiera quedado formidable. Pero siguió y siguió hasta que lo perdimos. A últimas fechas Michael era un estrago de sí mismo con su rostro sometido a cualquier cantidad de operaciones, prótesis y su blanqueamiento lograron convertirlo en un freak.

¿La necesitaba?

Las primeras sí, entiéndase el afilamiento de sus facciones. Todas las demás sobraron muchísimo, ay Michael, te seguimos extrañando.

/media/anterior/externas/michael-jackson.jpg