La razón universal: ¿por quéhabría de gustarnos algo que no entendemos? Es decir, aparentemente la mecánica del pambol es sencilla: once güeyes de un lado, once güeyes del otro, un güey con un silbatito, y una pelota que se tiene que meter en una portería. Pero el fútbol es también sobre la táctica, sobre dominar la cancha, sobre faltas y tiros de esquina, sobre delanteros y porteros. ¡Es demasiada información y nos abrumamos!

En resumen: no encontramos placer en observar un deporte que nos parece, de lejos, clases de mandarín impartidas por un ruso gangoso.