El Palacio de Bellas Artes conforma una joya cultural de México no sólo por su proyecto arquitectónico, sino por todos los elementos de invaluable valor artístico que lo conforman, tales como: los grupos escultóricos dedicados a las artes y a la cultura mexicana en sus superficies exteriores; o en su interior por el vitral dedicado a Apolo y las siete musas, la cortina de cristal de 22 toneladas que se levanta suavemente en cada función y los murales que resguarda, testimonio artístico del talento y el pensamiento de Rivera, Orozco, Siqueiros, Tamayo, González Camarena, Montenegro y Rodríguez Lozano.