Los días hábiles es la tercera novela del joven escritor puertorriqueño Sergio Gutiérrez Negrón. El libro, que recientemente llegó a las librerías chilangas, narra la historia de Carla María, una joven que, harta de su trabajo en una heladería, decide robar el local junto con sus compañeros.

Gutiérrez Negrón, elegido en 2017 como parte de Bogotá39 junto a Juan Cárdenas, Valeria Luiselli, Brenda Lozano, Emiliano Monge, Gabriela Jauregui y Samanta Schweblin, aprovecha para hablar sobre el trabajo, la rutina y el fastidio a la cotidianidad.

¿Cómo surgió la idea detrás de esta historia y cuál fue el proceso para escribir la novela?

Los días hábiles tuvo varios inicios. Primero, el día en el que me tropecé con un viejo diario que mantuve a los 18 años, cuando trabajé en una heladería. Luego, el día que, mientras hacía brainstorming en un cuaderno, di con la voz de Carla María, que salió de la nada y tomó control de la trama.

Vivimos en un mundo en el que el trabajo no solo es un medio para subsistir, sino que en muchos casos invade otras áreas de nuestra vida y llega hasta a definirnos. ¿Cómo hacer para que esto no suceda? Lo pregunto porque Carla María, como muchas otras personas, parece padecer su empleo.

Creo que si tuviera respuestas a las disyuntivas que presenta el trabajo, no hubiera escrito Los días hábiles. La novela es un intento de pensar narrativamente las complejidades del trabajo —en una heladería, sí, pero podría ser cualquier trabajo— en tanto relación social, en tanto espacio y parte de la cotidianidad de nuestros días. Precisamente una de las cosas que exploro es la idea de esa separación que hacemos mediante la cual el trabajo queda diferenciado de nuestras vidas. O sea, que podemos decir que el trabajo invade nuestras vidas como si fuera algo foráneo a ella; o que nuestras vidas comienzan al salir del turno. Temo que se nos va la vida en ese tipo de desplazamiento conceptual.

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En otra entrevista cuentas que durante la adolescencia tuviste varios empleos (en una heladería y en telemarketing, por ejemplo). ¿Cómo fue que decidiste dedicarte a la escritura?

Creo que la escritura tiene más de hábito y mala maña que de vocación o profesión. O sea, las ganas de escribir nacen de otro lugar y uno lo que hace es mantenerlas, atenderlas. En otras palabras, escribo por el lado.

¿Cómo puede alguien saber que encontró su trabajo ideal?

Ni idea. Lo que sí sé es que ninguno de los personajes de Los días hábiles lo ha encontrado.

En Los días hábiles hay varias referencias hacia el cine. ¿Cómo influye esta disciplina en tu escritura? ¿Alguna otra tiene también impacto en ella?

En Los días hábiles el ojo que narra está muy marcado por las formas del cine, sí. Lo que buscaba era intentar dar con una narración casi fenomenológica; que comenzara por la superficie dura de las cosas antes de ceder con el resto. También el cine está presente porque los personajes están inmersos en él; más que lectores, los muchachos de la novela son televidentes.

¿Con qué películas relacionarías Los días hábiles?

Por la cosa del trabajo y del énfasis en los corillos, los amigos, y el día a día, diría que con Office Space.

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Carla María, la protagonista de Los días hábiles, se caracteriza por tomar malas decisiones. ¿Tú crees que, en la vida real, eso es una consecuencia de las circunstancias que cada quien atraviesa o que tiene que ver directamente con las personas?

Yo no sé si Carla María tome malas decisiones, ella ha tomado las decisiones que puede tomar. Precisamente por eso es que se siente contra la espada y la pared. Ninguna de estas decisiones, ella cree, ha hecho posible llevar a cabo una vida que valga algo. Es por eso que un buen día decide asaltar la tienda. Sabe que es un plan absurdo, pero por lo menos es un plan que la lanzaría a un futuro incierto.

¿Cómo fue que creaste a la protagonista? ¿Qué buscabas al hacerla atravesar por todos esos conflictos?

Los personajes surgieron muy orgánicamente. Hice algo que nunca había. Me senté un día y comencé, sin plan alguno, a entrevistar a unos nombres genéricos en un cuaderno. Poco a poco, cada uno fue abriéndose, distinguiéndose y generando su propia voz. De esos, obviamente fue Carla María la que nació más completa, más autónoma; pero todos estaban ahí de pronto, con algo que decir.

Sé que vives en Estados Unidos y quería preguntarte cómo se ve la literatura latinoamericana actual desde allá.

La literatura latinoamericana cada vez se traduce más, y en los últimos años la variedad de autores latinoamericanos que hacen mella en la industria cultural estadounidense es mayor. Sigue siendo mínima, proporcionalmente, pero es suficientemente variada como para hacer imposible el estereotipo, la generalización.

¿Estás trabajando actualmente en algún libro?

Sí, estoy trabajando en otra novela sobre la fuga y el escape, pero esta ya no en el presente, sino a principios del siglo XIX, justo después de la revolución haitiana, la cual para algunos anunció el fin del mundo, y, para otros, la esperada llegada de un mundo más justo.