Sólo una vez se ha presentado la ópera La fanciulla del West (La chica del oeste). Fue en el Teatro Arbeu, lo que hoy es la Asamblea Legislativa, el 24 de febrero de 1920. Ahora, 97 años después, se estrenará en Bellas Artes, luego de un intento fallido en 1976.

La ópera es de Giacomo Puccini, el mismo que hizo la música de Madama Butterfly, que vimos en Bellas Artes en 2015, y Turandot, que montaron apenas en mayo pasado. Fue hecha por encargo del Metropolitan Opera House de Nueva York, ciudad donde se estrenó en 1910. Cuenta la vida de un pueblo minero en las montañas de la Sierra Madre Occidental, en California (EU).

La fanciulla del West estará protagonizada por la soprano de raíces españolas Ángeles Blancas Gulín (Minnie), el barítono mexicano Jorge Lagunes (sheriff Jack Rance) y el tenor vasco Andeka Gorrotxategui (Dick Jonhson, alías Ramirez).

La escenografía es de Sergio Vela y la dirección concertadora de Luiz Fernando Malheiro. En Bellas Artes La faniciulla del West tendrá cuatro funciones: 17, 19, 21 y 24 de septiembre.

Los boletos ya están a la venta en las taquillas del Palacio o en Ticketmaster. Los precios van desde 150 pesos en Galería, 250 en Anfiteatro alto, 400 en Anfiteatro bajo, hasta 650 y 500 en Luneta.

Plan fallido

Sergio Vela contó en conferencia de prensa que hubo un plan para que La faniciulla del West fuera la obra que estrenara el Teatro Nacional —ahora Palacio de Bellas Artes—. Incluso hay documentos que lo comprueban: una carta de Justo Sierra, entonces ministro de Educación, a José Yves Limantour, ministro de Hacienda.

«Sierra recibió a su vez una carta del compositor Gustavo Campa, quien había visitado a Puccini en Italia y quien estaba al tanto de los planes de inauguración del Teatro Nacional para las fiestas del Centenario de México en 1910, gracias a Adamo Boari, quien lo puso al tanto», dijo el director escénico. «Boari soñaba con la posibilidad de que el teatro fuera inaugurado con la nueva ópera de Puccini. Claro, se decía que la nueva ópera de Puccini sería estrenada en América, pero Puccini y los estadunidenses pensaron en América como Estados Unidos, pero Boari pensaba en el continente. Al final no ocurrió, Puccini tuvo un compromiso contractual», detalló.

Además, Bellas Artes no fue inaugurado entonces por los hundimientos diferenciales de la estructura, lo que su apertura hasta 1934, cuando Puccini ya había muerto.