La razón de lo anterior recae en el personaje estelar de la pieza que conforma toda la muestra: Je ne sais si c’en est la cause no es más que un recuento anecdotario y medianamente hueco de un episodio en la vida del legendario artista francés Daniel Buren.

Conocido mundialmente por sus caleidoscópicas intervenciones públicas, donde el color y la geometría juegan y mueven todo el espacio con el que se relacionan, Buren comenzó sus dinámicas in situ pintando unos murales en el hotel Bay de las Islas Vírgenes, todavía de joven. El recinto ahora se encuentra abandonado, abatido por un huracán en 1989, y los murales del francés se desvanecieron con el tiempo.

García Torres retomó la anécdota a partir de dos reflexiones paralelas, a veces convergentes: la lucha que Buren libró por pintar unos murales que parecían no gustarle, aún cuando resultaron seminales para su trabajo posterior, y el estado de descomposición del sitio en particular, con las connotaciones estéticas y sociales que conlleva.

Diapositivas y música acompañan al proyecto, con melodías creadas ex profeso por Mario López Landa, que se complementan con las cartas que Buren escribió a sus padres mientras realizaba las pintas murales. El artista eligió también dejar las diapositivas a su suerte al no oscurecer el espacio del museo, que, por lo mismo, ha extendido sus horarios. Así podemos ver cómo lo decompuesto se recompone (como Buren y su carrera) o queda a merced de los días (como el hotel).

Aunque es una pieza ya presentada en algunos espacios, Je ne sais si c’en est la cause vale la pena por su cualidad anecdótica, historiográfica; lo que habría que cuestionar es si lo que García Torres resalta, como tan trascendente para regalarle un proyecto-exposición en su totalidad, realmente puede medirse con el resto de los tiempos.

Funciona.

Mario García Torres. Je ne sais si c’en est la cause. Museo Experimental el Eco. Sullivan43ColoniaSanRafael. Martesadomingode11:00a18:00hrs.