Isla Urbana ha hecho realidad la captación de agua de lluvia en la CDMX para proporcionarles el agua a todos los habitantes de la ciudad. Nuestra capital vive una dolorosa paradoja: Al mismo tiempo que padece muchas y severas inundaciones, miles de personas experimentan los efectos de la escasez de agua.

Con el fin de conocer más sobre este increíble proyecto, platicamos con su fundador, Enrique Lomnitz. Él nos habló acerca de los retos que vive la capital, así como de la importancia del diseño para hacer frente a estas problemáticas relacionadas con el agua. ¡Checa lo que nos contó!

Captación de agua de lluvia en la CDMX, una realidad gracias a Isla Urbana

Mientras estudiaba Diseño Industrial en una universidad de Estados Unidos, Enrique comenzó a concebir el proyecto que se convertiría en Isla Urbana.

“El enfoque del diseño industrial de esta escuela le quitaba prioridad a la idea de que los diseñadores debemos crear cosas bonitas; nuestro trabajo no es la creación de un objeto, sino resolver problemas reales”.

Junto a Renata Fenton, su colega y cofundadora en Isla Urbana, aterrizó esta ideología en la búsqueda de soluciones a problemas sociales y del medio ambiente en la CDMX. Tras un proceso de investigación, decidieron atender la crisis del agua que se había hecho evidente en la capital desde hace más de una década.

“Es un problema que todos en la Ciudad de México sabíamos que existía, sobre todo en los últimos 15 años, pero no lo conocíamos a profundidad. Empezamos a empaparnos en ese tema y vimos cómo esta crisis afectaba de forma desigual a las personas de la periferia a quienes no les llegaba el agua”.

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Ante este panorama, Enrique y Renata plantearon una opción que podría hacerle frente a la desigualdad de abastecimiento de agua:

“Llegamos a una conclusión que ahora me parece muy obvia. Si tienes colonias que sufren por escasez de agua, donde a la vez está lloviendo a cántaros, quizás podrías lograr algo captando agua de lluvia”.

De este modo surgió Isla Urbana, un proyecto que nació formalmente en 2009 y que ha logrado perfeccionar sus sistemas hasta proporcionarles agua a familias en situación marginal de nuestra capital.

Problemáticas en la CDMX

Tal como nos cuenta Enrique Lomnitz, el primer paso dentro de Isla Urbana fue descubrir cómo se captaba el agua de lluvia y cuáles eran los procedimientos a seguir. Comenzaron colocando un sistema de captación en una casa en las faldas del Ajusco, donde descubrieron que el proceso no solo era eficaz, sino que arrojaba resultados impresionantes.

“Pusimos un tanque de 8 mil litros en la casa y colocamos unos filtros; así, logramos que rápidamente estuviera llena y desbordando la cisterna. De pronto, esta familia que nunca había tenido agua ya no sabía qué hacer para bajar el nivel de la cisterna. Lavaban las cobijas, las alfombras y las cortinas. Entonces descubrimos que la captación sí funciona y que es capaz de transformar la vida de las personas”.

A partir de allí, Isla Urbana comenzó a crecer bajo los ejes tecnológico y social. Por un lado, buscaba mejorar la tecnología y crear sistemas aspiracionales adaptados al tipo de vivienda. Por otro, enseñarle a la gente cómo se lleva a cabo la captación de agua de lluvia en la CDMX, al mismo tiempo que se realizaba una transferencia de conocimientos.

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Si bien esta solución a la escasez de agua ha sido evidente para muchas personas, Isla Urbana fue el primer proyecto que contó con apoyo gubernamental para beneficiar a más de 500 familias. De acuerdo con Enrique, existen dos motivos principales por los que no se había realizado este tipo de iniciativas a gran escala con anterioridad:

“La situación con la crisis es que, hasta hace menos de 100 años, había mucha agua y menos gente; la idea de que se acabara se veía muy teórica y a largo plazo. Recientemente se empezó a voltear la tortilla y comenzamos a ser más personas y poca agua. Así que, en parte, no se había hecho porque no se necesitaba”.

La segunda razón está relacionada con la iniciativa personal:

“Las cosas, por más obvias que sean, no van a pasar hasta que alguien las tome como proyecto propio. Alguien debe tomar la misión y lograr que suceda. Creo que a todos se nos ha ocurrido la idea de captar el agua, pero alguien debe tomar la iniciativa y nos tocó a nosotros ser esas personas”.

El diseño: Una forma de hacer frente a esta problemática

Aunque nuestro país continúa creciendo en términos de ciencia y tecnología, todavía no se ha logrado vencer la crisis del agua. Sobre el camino que los profesionistas deben seguir para atender estas problemáticas. Enrique asegura que el mejor camino es actuar y perfeccionar los conocimientos teóricos en la práctica.

“Hay muchas personas que abordan estos problemas por medio de la academia y la investigación, lo cual es sumamente importante. Sin embargo, suelen estar enclaustrados de la sociedad y de la implementación; se enfocan en hacer funcionar sus proyectos, pero no en sacarlos del laboratorio, de modo que no tienen suficiente contacto con la realidad”.

Por el contrario, algunas otras personas se dirigen de forma directa a la práctica, dejando de lado el aspecto teórico:

“Lo que ha sido exitoso de Isla Urbana es contar a la vez con los dos aspectos: partir de la teoría, pero aterrizarla directamente en las comunidades y hacer que nuestros trabajos sean funcionales en la práctica”.

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Para despedirse, Enrique Lomnitz proporciona algunos consejos para las nuevas generaciones de diseñadores que quieran mejorar la calidad de vida de las personas en la CDMX.

“Debemos entender que no está peleado producir objetos hermosos con crear cosas funcionales; lo que afecta es el orden de los factores. No comiences tu trabajo con la intención de crear algo bonito, piensa en resolver un problema. Esas cosas hermosas no son tu punto de partida. Tu herramienta inicial es la observación y luego la profundización”.

Antes de irte, te recomendamos echarle un ojo a las redes sociales de Isla Urbana, así como su página oficial. Si te gustó este contenido, te recomendamos echarle un ojo a: 10 años de diseño mexicano rompiendo todas las barreras: Generación Espontánea.