¿Te acuerdas de los Furby? ¿Tuviste uno? Seguramente recuerdas que a finales de los 90’s TO-DO el mundo quería tener un Furby, hasta los adolescentes y algunos adultos.

El fenómeno era claro: sólo durante sus primeros tres años, se vendieron 40 millones de estas criaturas electrónicas, y si no tenías uno de éstos o un Tamagotchi (¿o ambos?), estabas out en la vida. Además, muchos aprovecharon para coleccionarlos y “cazar” los especímenes más raros esparcidos por el mundo, ya que hubo ediciones especiales o limitadas de ciertos modelos.

Pero pocos saben que los Furby, aunque aún hoy siguen siendo considerados como “cosas del Diablo” por algunos persignados y neófitos del tema tecnológico, fueron originalmente concebidos para convertirse explícitamente en la primera “robot mascota” del mundo. ¡Qué avanzados eran los 90’s!

Si bien estos juguetes peludos tuvieron su apogeo a finales del siglo pasado, fueron relanzados a mediados de la década pasada, ya bajo la protección de la empresa Hasbro, por lo que nunca “murieron” propiamente.

Sin embargo, regresan en una tercera generación a México este mes para consolidarse de una vez por todas como la única mascota que necesitarás (pobre Firuláis), o incluso como tu mejor amigo (lector o lectora #ForeverAlone, te estoy hablando a ti).

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Furby (Hasbro)

‘UNA PERSONALIDAD ÚNICA’

La tecnología es la nueva bandera que los Furby modernos enarbolan, así que todo su comportamiento tiene una explicación (no es “cosa del Diablo”).

Para empezar debes saber que el nuevo lema de los Furby es “una personalidad única”, y no es de a gratis, ya que dependiendo de cómo trates a esta criatura, sacará un carácter específico. Es decir, es impredecible en realidad (mmm… como mi ex).

Por ejemplo, tenemos el Furby “comediante” que ama la atención y siempre estará contándote chistes; o el parlanchín que jamás se callará; también el Furby fresa, pero fresa, tipo lobuki pero más peluda; el cantante o el guerrero, que es bastante hostil, pero no porque sea “malo”, sino por culpa de tus maltratos.

Si acaricias a tu Furby y lo tratas megabien, puede que se vuelva un consentido fresón, pero si le jalas la cola o lo volteas de cabeza mucho, se volverá un guerrero. Así que piénsalo dos veces antes de usarlo como pelota.

Te darás cuenta de cómo se siente tu Furby mediante sus ojos de LCD (ahora bien moderna la cosa y todo), donde verás unas animaciones que te indican cómo lo estás tratando. Además, Furby tiene sensores de reconocimiento de sonido y tacto en varias partes de su cuerpo.

Obviamente, no sólo la forma en que lo trates moldeará su personalidad, sino también como interactúas con él. Por ejemplo, si le das de comer cosas que le gustan, si le cantas, si platicas con él, si le haces cosquillas, si le pones música, si lo pones a convivir con otros Furby, etc.

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Furby (Hasbro)

NO SAQUES EL DICCIONARIO

Al principio puede que no entiendas ni papa de lo que te dice tu Furby y tengas que interpretar sus sentimientos viéndolo a los ojos (mmm… también como mi ex), pero poco a poco irá aprendiendo español, para ello debes hablar mucho con él.

Y por si fuera poco tanta tecnología, también tienes una aplicación gratuita para tu iPad, iPhone, iPod Touch o Android con la que podrás darle de comer o consultar el diccionario de su idioma, el Furbish, y así entenderlo mejor (mmm… también mi ex tenía su propio lenguaje…).

Si no cuentas con ninguno de esos aparatos también “del Diablo”, aquí te damos algunas frases básicas de Furbish para que entiendas a tu criatura mejor:

Kah toh-loo oo-nye = ¡Me caes bien!

Wee-tee toh-toh = ¡Cantemos!

Ay-ay lee-koh = ¡Escucha!

Dah loo-loo = ¡Buen chiste!

Noo-noo dah doo-ay = ¡Hablar es lindo!

Ee-tay = Sí

Boo = No

Ah-may koh-koh = ¡Más caricias!

Kah may-may oo-nye = ¡Te quiero!

Noo-loo = ¡Feliz!

(¡Creo que mi ex era una Furby!) ¿Qué te parece el regreso de los Furby? Cada uno cuesta $1589 “pesito”. ¿Cómo ves?