La palabra gourmet, es cierto, despierta expectativas respecto a un restaurante. Aquí, lo gourmet clavado no está en la sofisticación de un platillo (tan sencillo como en la hamburguesa) sino es su preparación a partir del cuidado y selección de ingredientes top.

Su propietario, Jorge Bolaños Cacho, pasó cinco años en busca de la receta de la primera hamburguesa del mundo, y la consiguió: una especie de sándwich de pan blanco, con carne queso, lechuga jitomate.

El resto de las variaciones, se sirve con pan casero, que le tiran más a los bagels que a los bollos, suaves y con cubierta a elegir (orégano, ajo, integral), papas gruesas sazonadas con hierbas finas y rellenos de queso azul, cabra y demás.

Aunque la carne de las hamburguesas de Jorge no es gruesa (ni las porciones salvajes para caer en el comfort food) el sabor es rico y la consistencia jugosa. Una de las mejores cosas son los pepinillos enteros y gordos que sirve como adorno-guarnición en cada plato.

Como servicios adicionales, Burger Shop te puede armar un banquete con presentaciones mini de sus hamburguesas y cuenta con servicio a domicilio por la zona (y ojo: que los empaques son biodegradables).

Lo único que hace falta es la carta de vinos para un maridaje estrella, aunque la espera no será muy larga.