Entrar a esta pizzería es como descubrir una cueva oscura como esos clubes del rock inglés. Escoger qué cuarto ocupar es un dilema enorme. Aunque se parecen mucho, esto puede determinar toda tu estancia (hay un cuarto con chimenea, por ejemplo, que hará más acogedora tu experiencia). Desde que llegas, el personal te recibe sonriente y mantiene esta buena actitud durante tu estancia; dan recomendaciones de todo y explican cada platillo.

Puedes empezar por pedir la bebida de casa, que mezcla sandía, menta y hierbabuena, ideal para refrescarse antes de atacar las especialidades. En cuanto a las pizzas, puedes encontrar lo básico, como queso y pepperoni, o combinaciones que hacen honor a nuestra definición de metacomida (algo rico relleno o combinado con algo igual de rico). Ejemplos son la pizza de hamburguesa y la de Mac&Cheese, entre otras. Puedes pedir una “monster slice”, que es personal, o compartir una de las grandes.

Llégale al desayuno y pide una pizza con chilaquiles o unos molletes con el pan de la casa.

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