Por Georgina Hernández (@Gynna_H)

Es un pequeño lugar,ubicado en la contraesquina del restaurante Rosetta, comprueba que el amor a primera vista existe. Su encanto radica en su gran oferta de panes salados, como chapatas, y campesinos, mientras que del lado dulce encontramos panqués, roles de cacao con ricotta, scones (el de chabacano está re bueno), y croissants.

Para los amantes del pan, este espacio se convertirá un must de la Colonia Roma gracias a sus especialidades recién horneaditas como la focaccia, el pan de romero con azúcar o los chocolatines.

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