Chilango

La EnoTK

La EnoTk. / Alexia Zúñiga

Por Mariana Camacho

Es una buena noticia que se sumen en la ciudad espacios como EnoTK, donde el vino es el principal protagonista. Mucho mejor si esos vinos se sirven (varios de ellos) por copeo, con la buena intención de que el comensal pruebe, a ojo de buen vinero, dos o tres etiquetas en una misma visita.
 
Esta idea se la debemos a dos socios: Thomas Kiefer, quien decidió cerrar el restaurante Acquarello (ubicado en la misma esquina de Masaryk) para abrir un lugar mucho más casual y accesible a nuestros bolsillos; una transición para la que el sommelier Luca Gardini (campeón mundial de sommeliers 2010) se encargó de la selección de etiquetas disponibles (unas 350, varias italianas), haciendo del vino una buena opción para el aperitivo, un hábito que los chilangos deberíamos adquirir al salir de la oficina.
 
La mayor recompensa de la carta diseñada por Gardini es que en los vinos por copeo incluyen grandes bodegas italianas, como Gaja (del famoso enólogo Angelo Gaja), Sacicaia (una bodega en el corazón de la Toscana) y otros como el Barbera Mascarello Giuseppe e Fligio (de Alba). La comida le corresponde en sencillez al vino con platos de cocina italiana, como los embutidos y jamones que son buenos si decides hacer una visita breve en la barra y picar algo.
 
Si prefieres quedarte en la sala, éste es el plan ideal: empieza con algo frío, como battuta al cotello (carne cruda, cortada con cuchillo) o la burrata, ese queso hiperfresco, que tiene una agradable consistencia mantecosa que lo convierte en uno de los mejores amigos del pan. 
 
Las ocasiones para visitar este lugar pueden ser varias: el aperitivo (repito, nada mejor que un par de copas después del trabajo), recrear el cliché (no por ello menos válido) de una comida italiana en pareja o, si eres muy clavado en el asunto del vino, un tour enológico con etiquetas italianas que no encontrarás en otros restaurantes. Tú decides.
 
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