Comer en Entretanto me daba mucha curiosidad (y un poquito de emoción). Saber de un nuevo proyecto de la chef Alexandra Rendón, de la que no había escuchado desde que cerró el restaurante Terrase Renault en Polanco, era un acontecimiento del mundo gourmet.

Desafortunadamente, el lugar resintió los primeros estragos de su ubicación pues a los pocos meses de arrancar la operación, los propietarios tuvieron que replantear el concepto: lo hicieron más mexicano (aunque la escuela francesa de Alexandra se nota en cada plato) y lo hicieron más “cantinero”, con tacos en el menú y pantallas para transmitir eventos deportivos (a pesar de este detalle, el lugar tiene decoración agradable, aunque muy al estilo de Santa Fe, un tanto artificial).

La comida comenzó con pan y mantequilla –unas mini baguettes muy buenas, calientes y crujientes– que me entretuvieron hasta que llegaron las primeras tostaditas de salmón con guacamole. Sin embargo, la entrada más rica de la tarde fue una alcachofa adobada.

Para el plato fuerte recomiendo uno de los highlights es la costilla de res braseada con salsa de tres chiles y el pollo con huauzontles y mole negro. Los postres también son buenos. El mejor es un pastel de chocolate (receta de la abuela de Alexandra) suave en textura y sabor.

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