Primero hay que dejar algo bien claro: Philippe Chow fue chef del emporio neoyorquino Mr. Chow durante 25 años y no tiene parentesco alguno con su famoso –y a veces overexposed– dueño Michael Chow, quien –se rumora entre los foodies de NY– terminó muy molesto con la salida de Philippe y la apertura de su cadena de restaurantes.

La experiencia mexicana (abrió al público hace menos de dos meses) es verdaderamente refrescante. Al borde de Las Lomas y en el umbral de Santa Fe, Philippe presume elegancia y autoridad. Este restaurante se ha convertido en un espacio de poder en donde, por lo pronto, asisten los personajes más célebres de la sociedad mexicana.

Amplio, con excelente iluminación y buena privacidad para mantener una deliciosa conversación, Philippe invita a olvidarse del tiempo, de las responsabilidades y del entorno. Es un lugar para comer y beber con mucha calma y placer. Y como buen chino upscale, el menú es extenso y los precios altos. De entrada, los lobster rolls ($190) son deliciosos; los dumplings jade ($140), con camarón y castañas de agua, son exquisitos; cocidos a la perfección y llenos de sabores discretos. Aunque la entrada más famosa son los noodles hechos a mano: Mr. Yim noodles ($120), con salsa de cerdo o ternera. Para plato fuerte también hay excelentes opciones, todas ellas tentadoras para compartir (se pueden pedir medias órdenes) y abandonarse a los excesos. El drunken sea bass ($440) en salsa de vino blanco es buenísimo y el red king crab ($890) en salsa de ajo es el complemento perfecto. No probamos el famoso pato Pekín, tal vez en otra ocasión.

Para acompañar estas delicias, la carta de vinos es reducida, pero bien seleccionada, aunque con precios elevados. A nosotros nos pareció delicioso el Chateau Paveil de Luze Cru Bourgeois Margaux 1999 ($1100).

El servicio es excelente, cuidadoso y atento; lo que más se agradece son las atinadas recomendaciones del capitán para cuidar las porciones y el equilibrio de sabores.

Philippe puede ser pretencioso, pero hasta ahora tiene todo para serlo, aunque, sin duda, la experiencia positiva de un buen restaurante siempre será mayor cuando la compañía es exquisita.

El primer Philippe abrió en NY y después se extendió como servicio de bar food dentro del club The Grand. México es la primera aventura internacional de la franquicia, en marzo abrirá la sucursal de Miami.