Es el ápendice de la academia Ambrosía y centro de reunión predilecto de la crema y nata sureña.

Alkimia es el restaurante que alguna vez fuera centro de prácticas del prestigioso centro culinario y escuela Ambrosía.

Hoy, conserva los vestigios de la creatividad y audacia que los caracterizó. Si bien la comida es de muy buena calidad y manufactura, el espacio resulta pretencioso y ligeramente anticuado.

Por las mañanas y muy temprano, aquí se llena de señoras que increíblemente ya lucen sus mejores peinados.

El pan al centro es la perdición, si no se ordena rápido, la canasta se acaba (y traen más).

El menú incluye huevos chilaquiles y algunos guisos, el omelete es delicioso y muy bien balanceado en cantidad y porción. Las verduras que lo acompañan están impecablemente cocinadas.

En este lugar es común hacer una larga sobremesa, será que el jardín afuera, muy cuidado y con fuente inspira para la contemplación o el servicio esperado y bien preparado.

A la hora de la comida se llena de una concurrencia variopinta que busca innovación y creatividad en los platos.

En las mesas se ven ingredientes clásicos mexicanos preparados con técnicas ya no tan innovadoras pero que son muestra fiel de la cocina contemporánea aplicada a la tradición. Los precios son relativamente altos pero la experiencia resulta iluminadora.