Qué afortunados somos los mexicanos de vivir en una tierra que produce agaves, que nos da una variedad deliciosa de destilados. Especialmente el mezcal, que es tan preciado que hasta la leyenda cuenta que es producto de una diosa (Mayahuel), que no se necesita gran pretexto para tomarlo porque “para todo mal mezcal, y para todo bien también”, que se bebe en un caballito estilo veladora con una cruz o una jícara de guaje como si fuera parte de un ritual.

El mezcal, es tan especial que no se mezcla con ningún refresco, y que para hacerlo cóctel se necesitan ingredientes que no lo opaquen y que combinen con sus notas minerales o ahumadas. El mezcal va derecho, y no se acompaña de limón, según los expertos, porque el limón cierra las papilas gustativas y no permite saborear y apreciar el trago. En cambio, se acompaña de rebanadas de naranja con sal de gusano para equilibrar los sabores y exponenciarlos.

Sí, sal de gusano, no chile piquín ni sal normal… Pero ¿por qué de gusano? Seguramente has visto o escuchado que unos mezcales tienen un gusano dentro, pues ese mismo es el gusano de maguey, o chinicuil. Estas larvas se alimentan de las pencas del maguey, por ello tienen un sabor tan peculiar. Antes de que hagas cara de guácala, este es un considerado un manjar desde tiempos prehispánicos. Y en oaxaca ocupa un lugar grandísimo en la gastronomía, desde los mercados donde podemos verlos en canastas asados al comal, o fritos que se acompañan con solo limoncito, hasta en restaurantes de alta cocina mexicana preparados en tacos con guacamole, o tlayudas.

Sin duda, de los insectos más utilizados y queridos de la cocina nacional. Pero, aunque el gusano de maguey no aporte ningún tipo de sabor cuando se agrega a las botellas de mezcal, se descubrió que la sal, hecha también con el mismo ingrediente (que ya se consumía desde tiempos ancestrales), era perfecto para matificar el sabor fuerte de los grados alcohólicos del destilado. Por lo que se volvió un fiel compañero del mezcal.

Las sales de gusano se elaboran de manera distinta, pero para ser una genuina debe de llevar 3 ingredientes: sal, gusano 100% de maguey, y chiles molidos. Gran Mitla es una marca que sigue esta clásica receta, porque ¡Aguas! Algunas “sales de gusano” no traen gusano, que no te den gato por liebre. Pero Gran Mitla elabora su producto de manera artesanal cuidando los procesos, desde la recolección de gusano de maguey, la elaboración de la sal de mar, que le aporta humedad y sabor, hasta el envasado.

Dando como resultado una deliciosa sal de gusano muy ahumada, que remonta al sabor del agave, con un toque picoso, por su variedad de chiles costeños secos y molidos que acentúan más los sabores.

La sal de gusano Gran Mitla complementa la experiencia de beber mezcal. Pero también se puede usar para escarchar cócteles, como una paloma o margarita; marinar una carnita asada; hasta condimentar pescados, mariscos, ensaladas y sopas, que le dará un toque único, original y delicioso.

CONTENIDO HECHO EN COLABORACIÓN CON SAL DE GUSANO GRAN MITLA