¿Qué es?
Una torta de
tamal nada convencional en tres pasos: abres la torta, le metes un taco de
canasta, cierras la torta. Y a darle.

¿Por qué la
probaríamos?

Porque va a
voltear de cabeza tu mundo. Para los ignorantes que dicen que una torta de
tamal es masa con masa, que sepan que ahora se trata de masa, con masa…con
masa. Revoluciona el sabor de la guajolota y te otorga un pasaporte directo a
disponer de la salsa (con esos increíbles trozos de cebolla cruda y perejil) y
así evitar lo seco que suelen ser algunos tamales, o al menos la mitad de
ellos. Recomendaciones: tamal de mole con taco de adobo, tamal verde con taco
de chicharrón (y harta salsa verde), tamal de rajas con taco de papa y el
favorito personal: tamal dulce con taco de frijol. Orgía de sabor.

Nota: no hace
falta introducir el taco entero, si se quiere prescindir de la tortilla está
bien, el simple relleno otorga una textura diferente y deleitante.

¿De dónde
viene? / ¿Dónde lo podríamos encontrar?

De la mente de
algún obeso. Hay que decir que es una propuesta que está apenas emergiendo, no
es muy popular, pero si este medio funciona para que al menos diez personas lo
intenten, mi colesterol y yo dormiremos tranquilos. En la
intersección de Ampliación Miramontes y Calle del Puente (frente al Tec de
Monterrey del sur), pues en las mañanas se colocan unos excelentes tacos de
canasta y unos no menos suculentos tamales. Juntitos, listos, invitándote a que
no pagues más de quince pesos por lo que será una experiencia todo menos
olvidable. Si te rifas a un atole, te admiramos, pero creemos que ya te estás
pasando de lanza.