Los capitalinos somos otra cosa, tenemos una creatividad que parece no tener límites: que si el doble sentido, que si nos reímos hasta de nuestros peores días y, claro que no podía faltar, que tenemos una fregona habilidad para crear apodos. Nombramos distinto a la mayoría de las cosas, actividades, edificios, e incluso a personas; tanto así que les creamos una identidad nueva a partir de un apodo. Por eso es normal que cuando viene alguien de fuera, nos dice que nosotros no hablamos en español, sino que en “chilango”, y la neta es que simón que sí, tienen razón.

Acá en CDMX no pagamos con billetes, sino con varo, el billete de $50 (ahora el ajolotito) es un tostón, el de $200 era una Sor Juana y los conciertos cuestan unos Milky. Cuando algo nos late, además del clásico vavavava, decimos Jalisco (sinónimo de jalo, por si no lo topan)

En chilangolandia muchos edificios tienen apodo: “El dorito”, “La licuadora”, “El pantalón”, “La suavicrema”, y para nuestros queridos barrios es el Barry White, o el barril. Las colonias también tienen como: “La warrior”, “Polansky”, o “Nezayork”. Incluso, a la Ciudad de México se le conoce con nombres alternos, pero uno de los más famosos es “La capirucha”, en ella habitamos chilangues, chilangos, chilangas o defeñxs (para los que se quedaron atrás).

Y al chile (la neta) que las personas del defectuoso podemos ser lo que queramos, pero algo que es indudable es que nos encanta la copita, ya sea para terminar un día relax, cenar o comer con los compas, o echar la bailada. Para esos momentos, no compramos una botella, sino que vamos por un “pompin” o “la pomada” (que es en plural) y cuando se nos sube andamos “pedicure”. Eso sí, siempre con medida, ¿a poco no?

Entonces, siguiendo esta tradición, Bacardí decidió inmortalizar ese ingenio mexicano y creatividad incomparable en una edición limitada de botellas con los nombres más usados por la banda para referirse a la marca, como Bacacho, Bacachao, Bacachito, o Bacaché, para que se armen las “cubabies”.

Puedes conseguir tu pomo en la tienda en línea de Bacardí. Pero pilas, porque no habrá otro punto de venta, únicamente la puedes conseguir ahí, y sólo durará hasta junio o hasta agotar existencias.

¡Saludcita!

CONTENIDO HECHO EN COLABORACIÓN CON BACARDÍ