Hay “n” cantidad de ocasiones en las que pudimos evitar una tragedia, un problema o una situación incómoda, pero no lo hicimos. Todo porque se nos hizo fácil arriesgarnos o sentirnos Superman (“a mí nada me pasa”, pensaste). Seguramente hay factores, desde climatológicos hasta hormonales, que influyen en esta toma de decisiones. La verdad no importa cuál sea el pretexto… toda acción tiene sus consecuencias.

Aquí los momentos más comunes:

– “Nada más la puntita” — Consecuencia: 2 años después, tú cambiando pañales. Pudo haber sido peor.

– “Ese puesto de tacos no se ve tan sucio” — Consecuencia: Tú con tifoidea en el baño durante seis horas.

– “Manejo perfecto cuando estoy borracho” — Consecuencia: Tú tras las rejas, durmiendo en el piso de cemento, pensado: “quiero a mi mamá”.

– “Voy a ir a Santo Domingo por unas facturas, no pasa nada” — Consecuencia: Tú metido en el problemón de tu vida con el demonio, perdón, con Hacienda.

– “Me voy a besar con alguien hoy, al fin que mi novio(a) no está” — Consecuencia: Un amigo de tu novio te ve y te quedas como el perro de las dos tortas.

– “Bueno, pero sólo una fumadita” — Consecuencia: Tú tirado en un sillón con la peor pálida de tu vida, queriendo pedir auxilio, pero haciéndote el valiente.

– “Me voy a vivir a Australia con 100 dólares, llegando pido trabajo” — Consecuencia: 1 mes después vuelves a tu país con la cola entre las patas diciendo: “no me latió, me aburrí”, (choro).

– “No es el/la hombre/mujer perfecto(a), pero cambiará, me voy a casar” — Consecuencia: Tú peleado de por vida con esa persona, odiando el amor y divorciado.

– “Voy a subir el video de mi mejor amigo haciendo el oso. Equis, casi nadie lo verá” — Consecuencia: Tu amigo se vuelve el del video del “fuaaaaa” y su vida se arruina eternamente.

– “Seguro no tengo nada, no necesito hacerme estudios” — Consecuencia: Mejor ni te decimos, ya sabes lo trágico que puede terminar esto.

– “Claro, amigo, yo te ayudo con ese proyecto y no te cobro” — Consecuencia: Terminas agarrado del chongo con tu cuate porque resulta una pesadilla el asunto. Nunca más se vuelven a ver.

– “Le voy a decir una mentirita piadosa, al fin que jamás se enterará” — Consecuencia: Te ves involucrado en el peor problema de tu vida: calumnias, estrés, líos y hasta jalones de pelos.

– “Voy a sacar esa tarjeta de crédito, siempre pagaré a tiempo” — Consecuencia: Tu nombre en el buró de crédito, además de haberte vuelto comprador compulsivo. Lo peor es que nunca más tendrás un crédito.

– “Está súper cerca, vamos caminando” — Consecuencia: Resultan 16 kilómetros de distancia y obvio tus pies terminan con 23 ampollas y sangrando.

– “Haré ese deporte extremo aunque nunca lo he hecho ni tengo el equipo para hacerlo” — Consecuencia: Tu pie enyesado durante dos meses, dentro de una férula que te da comezón. Te salen pelos y demás.

– “Tengo un ligue que parece de confianza, le voy a mandar una foto desnudo(a)” — Consecuencia: Tu foto acaba en noviascachondas.com y algunos de tus familiares dan con ella, hasta tu hermano(a) termina viéndola.

– “Me llegó un mail diciendo que me gané un millón de pesos, le daré click” — Consecuencia: Todas tus cuentas de correo hackeadas y tus amigos odiándote por mandar spam sin parar.

– “Me encanta mensajearme con mi amante por medio de mi celular” — Consecuencia: A tu esposa se le ocurre checar tu celular y cacha todos los mensajes. Corte “b”: Duermes en el sillón y te quitan el placer más grande que podías tener: una buena c…

– “Llevo seis privados en este teibol. No importa, uno más” — Consecuencia: Llega la cuenta y debes más de 10,000 pesos, tu quincena completa, todo por caliente.