Eran las ocho y media de la mañana y los que estaban en la estación del metro Hidalgo se llenaron de humo.

Le preguntamos al Sistema de Transporte Público qué había pasado y —antes que nada— nos aseguró que no tuvo reportes de lesionados.

Nos contó que un vagón del tren que llegaba a la estación, dirección Universidad, tuvo “un problema con los modos de conducción del tren”. Y aunque pensamos que eso era echarle la culpa al chofer, nos educaron diciendo que así se le llaman a las zapatas —las balatas del vagón—.

En pocas palabras, se le quemaron los frenos.

Ahora bien… Seguramente vieron en redes que una niña se puso mal, que se intoxicó. Pues el Metro nos dijo que en realidad esa niña “se desvaneció por falta de alimento” — ¡Denle un pan!—.

Por último, nos comentaron que ese humo, del que muchos en la mañana huían, no es tóxico, ya que “se genera en las zapatas, que están hechas de madera y que se bañan con aceite de cacahuate”.

Así que ya saben, para la próxima —que podría ser muy pronto— no se espanten.

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