Millones de chilangos utilizan el servicio del Metro a diario, y no es una sorpresa que la demanda de este transporte sea mayor a su capacidad. Pero acéptenlo: nuestra querida limusina naranja tiene más ventajas de las que creen. Por ejemplo, a comparación de otros servicios del mundo, el precio de un boleto en México es el más barato; otro mérito es que con el costo de un boleto se puede llegar prácticamente a cualquier punto de la ciudad. ¿Cómo ven?

Desafortunadamente, viajar en hora pico a bordo de uno de estos vagones naranjas no es la mejor experiencia que podríamos tener: entre las prisas y tantos usuarios queriendo llegar a tiempo a sus destinos, olvidamos sencillas reglas de cordialidad que nos facilitarían el trayecto.

Por eso nos dimos a la tarea de preparar una serie de sencillas soluciones que nos harían más ameno el camino a la chamba y de regreso. Chequen.

Bajen sus petacas, barney-bolsas y demás bultos que obstruyan el paso.

Chilang@s, es cuestión de sentido común: si traen un bulto tamaño Pípila, dificultan el ascenso y descenso de los demás usuarios, además de que serán propensos a un buen empujón gratis.

Usen desodorante, por el amor de Dios

7:00 pm, el Metro va hasta las manitas, de pronto el/la ñor/a levanta su brazo para sujetarse del tubo y, ¡oh por favor!, un tufo entre vinagre rancio y tacos sudados llega hasta lo más profundo de tu nariz. Solución: desodorante (o limoncito aunque sea).

Eviten comer cosas apestosas dentro de los vagones

No es para menos, bastante tenemos ya con el calor infernal y los olores humanos como para completar el asunto con el aroma de una gordita de chicharrón, tostitos preparados y otras delicias que por respeto a los demás usuarios sería mejor comer fuera.

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No corran por alcanzar un lugar

Está bien chafa que cuando llega un tren vacío para bajar un poco el gentío, algunas personas se amontonan cual muéganos para quedar justo en la puerta y después correr como desesperados por un lugar. ¿Acaso echan competencias? o ¿no tienen sillas en su casa?

[Checa aquí todo sobre el videojuego casi oficial del Metro]

Caminen por su derecha

Es una regla de civilidad bien fácil que aplica en los pasillos, y ni se diga en las escaleras eléctricas. ¿Se imaginan qué bonito sería que el día que lleven prisa puedan caminar a gusto y sin andar esquivando a las demás personas que van en zombie mood?

Si ya no caben en el vagón, no insistan

Esto aplica principalmente para las señoras necias que se aferran a subirse a un vagón donde ya no cabe ni un alma y lo único que consiguen es que el servicio se retrase más, se acumule más gente, se retrase aún más el servicio y es cuento de nunca acabar.

En fin… esto es algo que no podremos cambiar de la noche a la mañana, pero que mínimo si hacemos el intento podría mejorar muchísimo el servicio.

[Chequen aquí más mandamientos del usuario del metro]

¿Tienen más ideas?, ¿les molestan otras situaciones?, descarguen su furia aquí.