En la carretera Picacho-Ajusco, solo a unos minutos de que las últimas casas de la gris mancha urbana se dejen ver, existe un lugar que parece extraído de un cuento de hadas: El Laberinto del Ajusco.
El creador de este peculiar edén, Ignacio Figueroa, nos recibió con una amplia sonrisa y un firme apretón de manos.  “No es casualidad que [la construcción] parezca una casa de cuento. Ésta es una casa estilo tudor, típica de Inglaterra. Por eso es que remite a historias como la de Harry Potter o Alicia en el País de las maravillas”.
Ignacio decidió construir su casa ahí, harto del bullicio de la ciudad. Cuando necesita darse un chapuzón al mundo urbano, en menos de 20 minutos ya está en la Ciudad de México.
 
104732laberinto1

laberinto1

Esta casa, que comenzó a construir en el año de 1999, es un pequeño palacio, en el sentido más literal de la palabra. Para muestra el laberinto que se encuentra en su jardín frontal. “Este laberinto es una réplica casi exacta del que está en el Castillo de Hever, la que fuera la casa de Ana Bolena, en la Gran Bretaña.  Y digo ‘casi’ porque este laberinto, aunque tiene el mismo trazo, es más grande”.
Tanto la casa como el laberinto reciben cientos, tal vez miles de visitas anualmente. Respecto a si no se siente invadido por el hecho de que la gente pase a su casa o que le parezca peligroso, Ignacio nos dice: “no, realmente me gusta mucho que la gente venga. Además, creo firmemente en que cuando eres una persona que genera cosas buenas, la gente que se acerca también está en esa misma sintonía. Hay veces que los dejo que ellos suban solos a la planta alta y nunca han hecho algún destrozo ni se han llevado nada”.
Precisamente es en la planta alta donde se tiene la vista más privilegiada del laberinto. Ahí, entre animales disecados, jarrones y ventanales donde la luz se derrama generosa, los gatos de Ignacio juguetean. Desde aquí es donde puede apreciarse  mejor el famoso laberinto y también el resto de las áreas verdes que hacen dudar que de verdad estemos en la Ciudad de México.
104735laberinto4

laberinto4

Sobre el grado de dificultad del laberinto, dice que el visitante promedio tarda entre 15 y 18 minutos para salir. “Mucha gente viene y lo ve como un reto, pero la finalidad no es terminarlo o salir de él, sino caminarlo y disfrutarlo. Es como la vida, si te enfocas demasiado en las finalidades, dejas de apreciar el trayecto. Yo prefiero simplemente verlo desde mi ventana”.
Este lugar, que también ha sido locación de grabaciones de series, presentaciones de películas o hasta raves, siempre tendrá las puertas abiertas para ti.
¡No te pierdas la oportunidad de conocer uno de los lugares más increíbles de la Ciudad de México!
Carretera Picacho Ajusco Km.14.5 
Tel 4986 5726