Llegó el 14 de febrero y con él, el día del amor y la amistad y una enorme lista de clichés, pero como nosotros somos buenos y pensamos en tu bienestar, aquí te dejamos un listado de cosas que puedes hacer este día y que sin duda te servirán.

Adiós a la etiqueta y a las cenas románticas

Olvida la salida, la espera, el tráfico, los costosísimos restaurantes y todo lo que implica salir a cenar, lo que te proponemos es hacerla de chef y hacer una cenar en la azotea de tu casa. Imagínate preparándole su platillo favorito, dándole de comer en la boca, sirviéndole vino y que éste, accidentalmente, caiga sobre tu camisa. Uff, malas noticias: tendrás que despojarte de tu ropa sucia, mostrarle tu abdómen de lavadero (o lavadora, cualquiera que sea tu caso) y empezar a romancear.

No más cines ni películas románticas

Deja las películas románticas en el fondo del clóset (Adiós, Amelié; adiós, El Guardaespaldas; adiós, Eterno resplandor… blah) y mejor invita a esa chica que tanto te gusta a ver películas de terror en tu casa. Réntate Exterminio, El exorcismo de Emily Rose, Shutter o El Aro y asegúrate de tomar su mano; estamos casi seguros de que te abrazará y tendrá tanto miedo que no querrá dormir sola. Auh. ¡Anotación!

Deja el café para otra ocasión

Está bien que platicar sea una buena forma de conocer a las personas, pero ¿por qué no aventurarte a la siguiente base y mejor contarse sus cosas mientras visitan un parque de diversiones? Vayan, súbanse a todos los juegos, tómense de las mano, abrácense y rompan el hielo de una vez.

Tatuaje y piercing

Si ella o él ya decidió hacerse un tatuaje o perforación, ¿qué mejor oportunidad para tener un acercamiento que acompañándola y dándole apoyo moral? No serás un arribista ni mucho menos si cuando la aguja está entrando en su cuerpecitoaprovechas para tomar su mano y decirle, mirándola a los ojos: “qué valiente eres, yo no aguantaría”. Uff, verás cómo te la ganarás en dos minutos.

Salir a dar una caminata

Si estás dispuesto a gastarte tu quincena entera llevándola a cenar al restaurante de moda, ¿por qué no mejor lo haces en un día en que no vaya a estar lleno de gente cursi y aprovechas este día para invitarla a caminar a un lugar tranquilo como La Marquesa, el Desierto de los Leones o los Dinamos? ¿Y qué tal un pic nic? Será lo mismo sólo que de forma más intima y relajada. Sólo, aguas, no te quieras hacer el Indiana Jones, mejor guarda a tu aventurero interior y nada de explorar lugares solitarios porque los queremos de regreso.

Deja el carro en casa

Aquello de pueblear jamás pasará de moda. Por qué no te das una escapada y usas tu quincena para sacarla del DF, invitarla al restaurante más caro de ese lugar, llevarla a lugares turísticos, comprarle las artesanías más caras y, en una de esas, quedarse por allá, pasar la tarde/noche en una cantinita, disfrutar la neblina de provincia y…. dormir juntos. Lo demás corre por tu cuenta.